Los baches y socavones, concentrados además en un tramo, se han convertido en una constante pese a los arreglos acometidos en los últimos años
La lluvia, tan bienvenida para algunas cosas, y tan incómoda para otras. Y es que no ha hecho falta más que la llegada de las primeras lluvias del otoño para que el pavimento de la carretera que une Pino de Tormes con Almenara de Tormes se volviera a plagar de baches y socavones en uno de sus tramos, tal y como constatan las imágenes. Un problema que, de manera reiterada y pese a los arreglos acometidos a lo largo de los últimos años, resurge, especialmente con la llegada de las lluvias.