VILLORUELA | Todos los niños disfrazados realizaban un laberinto terrorífico, cuyo fin era encontrar el ataúd de la muerte, para llevarse el susto de la tarde
Un año más, y por cuarto año consecutivo el bar El llaverín de Villoruela, celebraba la fiesta de Halloween con los más pequeños acompañados de sus padres.
Todos los niños disfrazados, realizaban un laberinto terrorífico, cuyo fin era encontrar el ataúd de la muerte, para llevarse el susto de la tarde.
Al finalizar, todos los presentes reponían fuerzas con aperitivos en forma de momias y chucherías que parecían arañas. El local, con luces tenues y telas de araña estaba muy ambientado para celebrar esta fiesta de origen americano. Alrededor de unos cincuenta niños, acudieron a su cita en el bar El llaverín en este día en el que los sustos y las sonrisas se reparten a partes iguales.