El figura y el tiempo. El figura está por encima del bien y del mal, y por supuesto también del tiempo. Cada uno puede administrar su tiempo lo que le dé la gana, faltaría más, el problema surge cuando el tiempo que se malgasta es también de otros que no tienen con el interfecto ningún tipo de dependencia emocional, familiar o laboral. Pero eso al figura no le importa lo más mínimo. Su máxima para las convocatorias del tipo que sean: de trabajo, de vecinos, del colegio, viajes?, es "los diez minutos de cortesía". Los diez minutos de cortesía hacia él, para que no tenga que esperar por otros, para que le esperen a él, para que cuando entre sea recibido con honores como si de la reina de Inglaterra se tratara.
Las convocatorias se ponen a una hora concreta para que empiecen a esa hora y no a otra: Las clases comienzan a las 9 h., el tren sale a las 11 h., la película empieza a las 20 h., la junta se convocó a las 12 h. Lo que hacemos la gente normal es llegar al colegio a menos cinco, presentarse en la estación a menos cuarto, o comprar las palomitas a menos diez.
El figura no, el figura llega al colegio cuando ya se ha cerrado la puerta, obliga al conserje a dejar lo que esté haciendo para ir a abrirle y encima le echa la bronca por cerrar la puerta tan pronto. El figura entra en la estación cuando están anunciando la salida del tren, alega cualquier drama para dar pena y suele conseguir que se retrase la salida hasta que él llegue al vagón, sin importarle lo más mínimo que esos "minutos de nada" puedan alterar el tráfico ferroviario y los planes de cientos de viajeros. El figura llega a la reunión correspondiente cuando ya ha empezado, pregunta y debate sobre cosas que ya se han dicho haciendo perder el tiempo al resto, y tiene la desfachatez de proponer que la próxima reunión comience antes de forma que haya más tiempo para tratar los asuntos.
Reivindico que "los diez minutos de cortesía" sean los diez minutos anteriores a la hora fijada, en referencia a la cortesía, o respeto, o consideración, que se tiene hacia el resto de personas a las que afecta la circunstancia concreta.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.