Viernes, 19 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Un hombre decente
X

Un hombre decente

Actualizado 25/10/2014
C. E.

Ëste pasado verano murió en el barrio de Vallecas un gran amigo mío. Lo conocí en 1964 en el Pozo del Tío Raimundo donde vivía junto a otros dos compañeros en una pequeña casa sin calefacción, sin agua corriente. Una casa más entre tantas otras habitadas por emigrantes de los campos andaluces y manchegos. Algunos de ellos se quedaban en Madrid trabajando en la construcción, en fábricas.... otros más decididos se embarcaban en Atocha rumbo a Francia, Alemania o Suiza. Eran tiempos difíciles. El trabajo de jornalero no daba para vivir y apenas lo hacía en la industria. Las calles y las plazas eran de Franco, los periódicos y la tele eran de Franco, la Iglesia católica era de Franco, el sindicato vertical y el partido del movimiento eran de Franco. En apariencia, el franquismo llenaba todos los espacios de la vida pública. Digo en apariencia. En aquel entonces, pequeños grupos de ciudadanos se venían organizando en contra de la dictadura, el partido comunista junto a otros de izquierdas, Comisiones Obreras, sindicatos universitarios clandestinos y otros mas por libre. También dentro de la Iglesia católica surgió un fuerte movimiento contestatario, si bien minoritario. Por ejemplo, estaban las JOC y estaban algunos curas, se les llamaban entonces curas rojos, impulsando un cambio político y social desde sus barrios e iglesias. Algunos de ellos también fueron encarcelados. La Iglesia oficial hizo con éstos lo que siempre ha sabido hacer tan bien, ignorarles o sancionarles. Carlos "el gordo" era un cura obrero. Trabajó en talleres mecánicos, como taxista asalariado...Le perdí la pista cuando me fuí de España y, a mi vuelta, fuí a visitarlo. Seguía viviendo en Vallecas. Aquellas casas y aquellas calles sin asfaltar han dado ahora paso a bloques inmensos habitados por los hijos y los nietos de aquellos jornaleros, junto a inmigrantes de todas las nacionalidades. Momentos después de saludarle, me decía nostálgico: "se ha perdido la solidaridad que había entonces..." Carlos pertenecía a esa especie de seres humanos que no preguntan en lo que crees u opinas y sí se fija en lo que haces. Uno de esos revolucionarios con barbas y del siglo XIX, uno de esos que tanto odian los bienpensantes decía: "La práctica es el criterio de la verdad". Pues bien ese cura obrero, que era mi amigo, llevó una vida de verdad. A lo largo de mi existencia he conocido personas creyentes y ateas o agnósticas y, en mi opinión, les puedo decir que practicar o no practicar una religión, creer o no creer, militar o no militar en tal o cual partido político no hace a la gente más justa o solidaria. Un célebre psiquiatra norteamericano, Viktor Frankl, que sobrevivió al campo de exterminio de Auschwitz decïa: "las únicas razas existentes son la de los hombres decentes y la de los hombres indecentes". La línea que separa a unos de otros es simple y sencilla, consiste en reconocer que el otro eres tú, que el otro vale tanto como tú vales. Carlos "el gordo" fue un hombre decente.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...