Sábado, 04 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
El virus de la legislatura
X

El virus de la legislatura

Actualizado 16/10/2014
Agustín Domingo Moratalla

Cuando analicemos el primer gobierno de Rajoy comprobaremos que hubo un antes y un después en la gestión de la crisis del Ébola. Ahora que el gobierno se disponía a presentar unas cuentas menos restrictivas y parecía que la segunda parte de la legislatura podría conseguir que remontaran las encuestas, el Ébola irrumpe inesperadamente. No lo hace de una manera discreta como un problema de impericia o imprudencia sino como un problema de habilidad política con mayúsculas.

Quienes piensan que se trata únicamente de un problema sanitario están equivocados. No sería justo limitar las responsabilidades al ministerio de Sanidad que, hoy por hoy, se limitan a coordinar competencias, tender puentes entre diferentes filosofías de salud pública y representar a nuestro país en los organismos internacionales. Afecta a todos las áreas porque los virus no entienden de fronteras, restricciones presupuestarias, competencias administrativas o absurdas zonas de salud; desde Educación a Exteriores pasando por Hacienda, se trata de un problema de ética pública con mayúsculas, de justicia global.
La fragmentación, burocratización y protocolización de la gestión sanitaria pueden ser buenas fórmulas para competir de manera cortoplacista en austeridad financiera. Ahora bien, los problemas de salud pública no son únicamente problemas de eficiencia, competitividad y contabilidad. Con independencia de cuáles fueran los presupuestos o protocolos, estos días aparecen recursos financieros donde antes no existían, partidas extras de gasto donde antes sólo había recortes. La irrupción del virus eclipsa a los hombres de negro porque comprobamos que las finanzas públicas tienen que estar al servicio de la salud pública y no al revés.

Hasta ahora, el reformismo gubernamental se amparaba en el lado amable de la política, como si todo fuera un problema de cuentas, leyes y encuestas. La política pública está llena de lados desagradables, grises y hasta miserables, para los que tenemos que estar vacunados todos, políticos y ciudadanos. Algunos han descubierto estos días a Hans Jonas y recuerdan lo que les contamos en clase de la heurística del miedo. No creían que la responsabilidad de gobernar exigiera mirar de frente el lado sacrificial de la política, dar la vida por principios, mantener convicciones, apelar a valores, asumir riesgos y tener coraje para gestionar decididamente la incertidumbre. Jonas reivindicó una nueva forma de afrontar la ética pública basada en el principio de responsabilidad. Incluso lo llegó a formular como nuevo imperativo categórico porque las consecuencias de la experimentación científico-técnica tienen tales dimensiones sociales que exigen siempre extremar la prudencia. Aquella prudencia compasiva del verano debería reforzarse y corregirse ahora con prácticas de comunicación, convicción y movilización.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...