Salvador Sanz inaugurará en las próximas semanas las instalaciones del tanatorio ‘La Soledad’

Salvador Sanz es un empresario que se ha ido reinventando a sí mismo. Comenzó con una empresa de ambulancias y desde hace ya 20 años dirige y gestiona el tanatorio La Soledad de Béjar. Es experto en tanatopraxia y en psicología del duelo, lo que le ha hecho especialmente sensible con las familias que tienen que pasar por el trance de la muerte de un ser querido.

En las próximas semanas abrirá las nuevas instalaciones del Tanatorio ahora situadas en la carretera de la Estación, un lugar accesible con excelentes servicios.

El nuevo tanatorio contará con el único crematorio de la ciudad, lo cual evitará el traslado de los restos mortales a Salamanca o Plasencia para su incineración, con lo cual los costes de los sepelios se verán considerablemente reducidos, con casi un 40% de ahorro.

Las instalaciones, han sido diseñadas con los últimos avances en tecnología funeraria cumpliendo con la estricta normativa existente para este tipo de infraestructuras, un ejemplo de ello son las salas que contendrán los restos mortales, que se encuentran a 4º y preparadas para congelar el cadáver en caso de que fuera necesario.

Desde el amplio hall de entrada se accede a tres velatorios independientes, dos de las cuales se pueden unir para eventos multitudinarios, por lo que podrán acogerse tres sepelios a la vez. Cada uno de ellos cuenta con dos ambientes diferenciados, uno para la familia, con mayor intimidad, y otro para los más allegados, y dotados de aseo individual equipado con amenities y un armario para dejar guardados los enseres personales.

Un parking abierto y otro cerrado, facilitará el acceso al tanatorio, tanto para los coches fúnebres como para los acompañantes, los primeros accederán a unas cocheras desde las cuales el cadáver pasará directamente a la sala de autopsias o de preparación del cuerpo y de ahí a la cámara visible desde el velatorio, siguiendo las más rigurosas normas de salud e higiene.

Un cristal blindado separa la sala de la despedida, del horno crematorio, desde donde los más allegados podrán dar el último adiós al fallecido, acompañados en todo momento por un asesor familiar, que atenderá sus necesidades, incluso gestionando hoteles, vuelos y servicio de cáterin, unos servicios de alto nivel para confortar a las familias en el duro trance del comienzo del duelo.