Pero claro, como solo afectaba a los "pobres negritos" pues sigamos reposando nuestro pasotismo como grandes sochántres que somos
Como una pelotita de nieve, el "Ebola" comenzó a rodar ladera abajo sin que apenas nadie se percatara. Poco a poco esa bolita fue arrastrando más y más motas de nieve hasta que, en la actualidad, divisamos con temor aquello que se aproxima hacia nosotros, prometiendo crear destrucción allí por donde pase.
¿Quién o quiénes serán los valientes que se pongan en medio para frenar con su peso el avance del nuevo "Caballo de Atila" del siglo XXI? ¿No hubiera sido más sencillo observar con ojos responsables y eliminar el problema en sus inicios?
Pero claro, como solo afectaba a los "pobres negritos" pues sigamos reposando nuestro pasotismo como grandes sochántres que somos.
Y todo esto conviviendo en paralelo con la panda de ladrones de las famosas "Tarjetas Black" ¿Pero es que no se les caerá la cara de vergüenza?
Me resulta difícil creer que alguien que se gasta 6000? en tapicerías y alfombras pueda conciliar el sueño cuando llegue a su mansión, pues en cada noticiario los presentadores nos ponen los pelos como escarpias al destapar decenas y decenas de muertos causados por el "Ébola" en África. No hay palabra que describa semejantes acémilas.
Me da asco reconocer que se nos ha ido la olla por completo, que no solo hemos perdido el norte, es que hemos destrozado la brújula entera contra el suelo y al parecer algunos hasta se alegran.
En Twitter, por ejemplo, crece exponencialmente el número de cuentas con nombres tan halagüeños como "Soy el Ebola Tetes" y demás desfachateces.
Hay algunos que dicen con total convicción que no existen las personas malas, yo les respondo, en efecto, no existen, porque alguien que se manifiesta de esa manera en la sociedad no merece el adjetivo de "persona", ni tampoco de "burro", pues al menos ellos tienen sentimientos.
Voy terminando ya, prometiendo no volver a caer en la tentación de la crítica. Yo regreso a mis reflexiones, dejando este ámbito en el que dominan inefables analfabetos que como todo el mundo sabe son grandes... Grandes sinvergüenzas.
¡Intenten ser felices!
Rubén Juy Martín [@ruben_juy_9]
Estudiante