Los familiares de Mario, indignados con el trato recibido por parte de la opinión pública bejarana

La muerte del joven Mario ha generado una corriente de comentarios chismosos que mantienen a la familia entre la estupefacción y la rabia, todo esto a raíz de los datos publicados por la prensa escrita en la que, según la familia, se daban "datos que a nadie interesaban". Desde que se produjese el luctuoso suceso, no ha habido rincón en la ciudad en el que no se haya tratado el caso. El culmen ha sido el día del entierro, en el que reunidos todos los familiares han recibido los comentarios más dolorosos, cuando nadie del entorno al caso sabe aún nada y sigue abierta la investigación policial.

Mario era un joven bejarano de 33 años de vida saludable, estaba preparándose para bombero, pruebas que había superado y había accedido al Parque de Bomberos de Huelva dónde iba a comenzar a trabajar esta misma semana.

El siguiente texto, que reproducimos íntegramente, nos lo ha hecho llegar a la redacción uno de los familiares de Mario:

Ha muerto mi primo Mario. Me gustaría mostrar mi indignación y repulsa en nombre de toda una familia, que está rota por el dolor que ha causado la muerte de Mario. Esta indignación se debe a la cantidad de dimes y diretes que corren por Béjar, sin que nadie se pare a pensar lo tremendamente doloroso del suceso para la familia y lo terriblemente repulsivo de la falta de tacto de la gente.

Hace más de 20 años me tuve que ir de Béjar a otra ciudad. Lo pasé muy mal porque siempre me he sentido muy bejarana y estoy orgullosa de serlo. Pero hay momentos como a los que me estoy refiriendo, que hacen que reniegue de Béjar por las personas que, sin otra cosa en sus vidas, hablan e inventan sobre las vidas de los otros.

Por favor, ocúpense cada uno de lo suyo, que estoy segura de que es más importante para sus vidas que la vida de los demás.

Hay una madre, unos hermanos y una familia que no levantará cabeza en mucho tiempo y a la que, por desgracia, le va a tocar pasar un auténtico calvario por las circunstancias del caso.

Les rogaría que hagan que ese dolor no sea más insoportable aún, porque tengamos que oír constantemente las estupideces que las personas sin vida inventan de las vidas de los demás.

Gracias.

Alma Isabel Martínez García