¿Qué va a ser lo siguiente?

El Tribunal Constitucional, en tiempo record y por unanimidad, suspende la Ley de Consultas y el subsiguiente referéndum promulgados por la Generalidad de Cataluña por lo que, de momento, queda sin efecto la iniciativa separatista y la campaña ya iniciada. Ahora se anuncia un nuevo recurso contra el decreto que crea la "Junta Electoral Catalana". Dispuestos a agarrarse a un clavo ardiendo, los independentistas critican la rapidez con que el T.C. toma sus decisiones. Como no me duelen prendas, no les falta razón. Es cierto que el T. C. ha justificado la premura de su reunión por la trascendencia de los asuntos planteados. Ahora bien, si nunca se debe cuestionar la diligencia de cualquier organismo oficial a la hora de cumplir con su obligación, también debemos admitir que este mismo organismo ha sido manifiestamente más lento a la hora de dictaminar otros asuntos, también trascendentes.

Por otro lado, el largo y publicitado proceso independentista se ha gestado sin que los secesionistas hayan tratado de enmascarar sus objetivos. No se han recatado lo más mínimo a la hora de dilapidar millones de euros en campañas de propaganda a nivel internacional, unas veces usando medios de comunicación nada económicos, y otras, apoyándose en "embajadas" de la Generalidad instaladas en modernos y céntricos edificios, que también se han sufragado con fondos salidos del Erario Público. No les ha importado basar su esquema en hechos falsos, a sabiendas de que estaban mintiendo. No sé a cuántos habrán conseguido embaucar fuera de España; de lo que sí estoy seguro es que a más catalanes de los que sería de esperar se les ha inoculado el veneno del odio a todo lo español y el convencimiento de que todos los males que aquejan a Cataluña desparecerían con su independencia. Que un niño educado en la mentira o la media verdad acabe creyendo lo que se le ha inculcado desde que tuvo uso de razón, es algo que cabe esperar; pero que un adulto formado asuma como dogma algo que, fuera de Cataluña, todo el mundo ve como muy peligroso y perjudicial para el pueblo catalán, sencillamente, no encaja en la lógica. ¿Alguien ha tratado de impedirlo? ¿Se ha tomado alguna medida seria ante los continuos incumplimientos de sentencias contra varias disposiciones dictadas por los diferentes gobiernos catalanes? Nunca. Y, si hubo algo, nunca pasó de un ¡me cachis en la mar...!.

Cuando los políticos toman decisiones pensando en el número de votos que pueden cosechar con las mismas, mala cosa. Ya sé que es muy bueno el consenso, sobre todo cuando se emplea para dar satisfacción a todas las partes ? utopía, ¿verdad?-. Lo que el ciudadano de a pie detesta es el "chalaneo", el jugar a los cromos con dineros o con cargos. Si, además, un político iluminado comete la torpeza de asegurar: "no os preocupéis, os prometo que no se cambiará ni una coma del Estatuto que llegue al Congreso", ahora lo estamos pagando. Y muchos de los que ahora lo condenan, en su día no se opusieron.

Por otra parte, es curiosa la unanimidad de algunos círculos políticos, cuando se habla de aplicar las medidas legales contempladas en el ordenamiento jurídico para restablecer el imperio de la ley y el Estado de Derecho, siempre acuden a la demagogia de ironizar con el consabido comentario de: ¿Acaso piensan en Madrid mandarnos la Legión o la Guardia Civil? Me pregunto si, en el fondo, lo que buscan es precisamente esa foto, para poder subirse otra vez al carro del victimismo; pero nunca reconocerán que lo que en realidad están desempeñando es el papel de verdugos de su propio pueblo.

Lo trascendente de este desagradable asunto es preguntarse qué se puede esperar a partir de este momento. Ya sabemos algo. La casualidad ?o quizá no tanto- ha querido que coincida en el tiempo el coletazo independentista con la confesión del fraude descarado del expresidente Pujol. Salvo contadísimas excepciones, los partidos políticos del parlamento catalán han quedado definitivamente desautorizados a reclamar en ningún otro foro cualquier investigación relacionada con conductas corruptas. Ha sido sencillamente vergonzoso comprobar el trato recibido y la sumisión demostrada durante la comparecencia de un delincuente confeso que se ha permitido el lujo de abroncar a quienes sencillamente le pedían explicaciones. En algunos casos daba la sensación de que se le iba a pedir perdón. Iniciativas particulares están denunciando la conducta del expresidente, por si hubiera delito. Por fin, la última iniciativa del parlamento catalán ha sido crear una comisión de investigación. Naturalmente, a esta iniciativa ha tenido que unirse CIU porque veía que se quedaba sola y corría peligro el apoyo de los grupos independentistas que la sostienen ¿Tenía pensado actuar el Ministerio Fiscal?

No es necesario escuchar las continuas declaraciones del señor Mas ?a quien deberíamos empezar a llamar señor Menos-, y quienes le están sosteniendo, pretendiendo dejar bien clara su intención de no rectificar. Ya lo esperábamos. Han emprendido una carrera y están llegando al precipicio. No encuentran nada donde agarrarse y la inercia les empuja. Siguiendo su política a base de falacias, estamos oyendo que el Gobierno catalán debe hacer más caso al pueblo catalán que al T.C.Y cabe preguntarse: ¿A qué porcentaje del pueblo catalán se está refiriendo? Tratando de eludir responsabilidades, han traspasado el peso de la propaganda a entidades ? Asamblea Nacional Catalana, Omnium Cultural, Guanyem Barcelona, etc.- sin aparente dependencia oficial de la Generalidad pero largamente subvencionadas por ella. Numerosos ayuntamientos están convocando concentraciones invitando a la desobediencia civil. Algún partido está buscando voluntarios que hagan la campaña puerta a puerta. Es de esperar que, disfrazando la medida de un acto simbólico a cargo de particulares, el 9 N aparezcan varios miles de urnas con papeletas y sobres suficientes para que puedan votar quienes lo deseen. ¿Se va a pedir prudencia ante lo que, presumiblemente sea calificado como "chiquilladas" o gamberradas de incontrolados? ¿O se intentará evitarlo procurando adelantarse a actitudes fácilmente detectables? Cuando se mantiene la actitud de desobedecer abiertamente cualquier dictamen constitucional, tanto la Abogacía del Estado como el Ministerio Fiscal deberían actuar inmediatamente ¿Lo veremos?

La complacencia demostrada por algunos partidos políticos con los nacionalismos secesionistas es algo que sólo se da en España. Ahora no debemos extrañarnos de que esos nacionalismos hayan conseguido "inventarse" naciones donde nunca las hubo. Para ellos, cualquier medida que tienda a restablecer el Estado de Derecho será considerada siempre como recorte de su libertad. Nacionalistas vascos y gallegos se ponen en la cola. Y hasta la bufonada canaria se apunta al rio revuelto. No se puede esperar que, con amables palmadas en el hombro, cedan en su empeño.

Mucho de lo que pueda suceder de ahora en adelante dependerá de lo que algunos consigan calentar el ambiente. Los comienzos no son muy optimistas.