La Asociación Salamanca Memoria y Justicia recuerda a los represaliados en la Guerra Civil y reclama un homenaje para todos los civiles desaparecidos en la zona de Las Villas y otras comarcas
La Asociación Salamanca Memoria y Justicia está trabajando sobre el terreno para recordar a los represaliados en la Guerra Civil y reclama un homenaje para todos los civiles desaparecidos en la zona de Las Villas, al igual que en otras comarcas. Este colectivo ha recopilado abundantes testimonios de lo acaecido en cada pueblo, información que debe analizarse desde el sosiego y lejos del rencor. En cada lugar, en cada municipio, los hechos guardan similitudes. Muchos años después, la Asociación Memoria y Justicia pretende poner en valor lo ocurrido para reforzar los pilares de la convivencia democrática. Según esta plataforma ciudadana, los datos relatados a continuación se produjeron en Babilafuente, pero pudieron haber tenido lugar en cualquier pueblo de la zona.
Como tantos otros días amaneció en Babilafuente y se retomaron las tareas, los agricultores se dirigieron a sus tierras y los trabajadores de la fábrica de ladrillos a sus puestos. Pero ese día no era como los demás, era el 27 de julio de 1936, ocho días después de que en la Plaza Mayor de Salmanca se leyese la declaración de guerra y cuatro hombres y una niña muriesen por el tiroteo con el que los soldados franquistas respondieron a los gritos de "Viva la República". Ese 27 de julio la guerra civil llegó a Babilafuente.
Víctor Peralta, guarda agujas de la estación del ferrocarril de Babilafuente, extendió el rumor de que un tren cargado de tropas franquistas pasaría por la estación en dirección a Ávila, para incorporarse al frente de Madrid. El tren debía detenerse en Babilafuente para dejar pasar a otro de mercancías que se dirigía a Salamanca. Nada más detenerse el tren de los militares llegaron a la estación numerosos vecinos de Babilafuente, varios de ellos trabajadores de la fábrica de ladrillos, situada en frente de la estación. Increparon a los soldados llamándoles miserables, cabrones, fascistas de mierda? a la vez que gritaban vivas a la República. De repente sonó el disparo de una pistola, resultó ser la señal del jefe militar para que los soldados disparasen sus fusiles en dirección a los babilafuentinos. Afortunadamente nadie resultó herido y el tren continuó su camino, pero el día no acabó ahí.Los vecinos se refugiaron en sus casas, asustados por lo que podría suceder, sus sospechas fueron acertadas porque unas horas después llegaron las represalias por lo sucedido. Un numeroso grupo de Guardias Civiles y falangistas se presentó en el pueblo y, acompañados por algunos vecinos que les guiaban, detuvieron casa por casa a los implicados en el suceso. Varios consiguieron escapar y corrieron a través de las tierras para no ser capturados, pero no llegaron muy lejos. Fueron disparados por sus perseguidores, con el resultado de la muerte de Cayetano Vicente, natural de Babilafuente y con residencia en la Calle de Jesús, cercana a la Iglesia del pueblo. Además dos de sus compañeros resultaron heridos.
Los diecinueve implicados fueron llevados a la Prisión Provincial de Salamanca a la espera de su sentencia. El 8 de septiembre de 1936 se celebró el Consejo de Guerra, en el que se sentenció lo siguiente: Francisco Díaz sería condenado a muerte; mientras que trece de sus compañeros fueron condenados a treinta años de cárcel. Los cinco restantes fueron absueltos, y volvieron a Babilafuente contando lo sucedido.
El 21 de septiembre Francisco Díaz, un joven de 25 años que vivía en la calle Peines, aledaña a la Plaza de la Verdura, y que era el Vicepresidente de la Juventudes Socialistas de Babilafuente, fue llevado a una tapia junto al cementerio de Salamanca, donde fue fusilado, tal y como había dictaminado el Consejo de Guerra.
Los trece condenados a prisión, después de pasar meses hacinados en la cárcel de Salamanca, donde las condiciones eran deplorables, el 12 de diciembre recibieron la noticia de que iban a ser trasladados a la Prisión Central de Burgos. Apesadumbrados por dejar tan atrás Babilafuente se dispusieron para la marcha. Después de esto desaparecieron.En 1943 sus familias reciben la noticia de que la pena les ha sido rebajada a 12 años y un día y se dirigen a Burgos en busca de los presos. Allí reciben la impresionante noticia, los babilafuentinos salieron de Salamanca pero nunca llegaron a Burgos.
Los datos recuperados recientemente dejan bastante claro lo que les sucedió. Tras salir de la prisión de Salamanca fueron llevados al monte de La Orbada, a dieciocho kilómetros de la ciudad. Allí corrieron la misma suerte que muchos otros, fueron asesinados por falangistas. Lo más probable es que sus restos sigan allí. Estos trece hombres fueron Dionisio Barbero Sánchez, Julián Barbero Sánchez, Alejo García González, Ángel Andrés González Ávila, Juan Bautista González Posadas, Francisco Martín Hernández, Teodoro Alejandro Palomero Cruz, Víctor Peralta Borrego, Luciano Rodríguez Ávila, Fernando Manuel Rodríguez Hierro, Sebastián Blas Vicente Manjón, Plácido Juan Vicente Pérez, Moisés Vicente Posadas. Todos ellos eran habitantes de Babilafuente y murieron por defender sus ideas, de hecho varios de ellos eran militantes del Partido Socialista y Juventudes Socialistas, y todavía siguen enterrados en una fosa común.
La Asociación Salamanca Memoria y Justicia se dedica a investigar lo sucedido en los años de la Guerra Civil y la dictadura franquista y a recordar lo que sucedió para que nunca caiga en el olvido. También ha sido fundamental el libro Semillas de Libertad, de Luis Calvo Rengel, que recoge multitud de información sobre lo que aconteció en la provincia salmantina. Todo el que esté interesado puede consultar información sobre las víctimas en la página web de la asociación: www.salamancamemoriayjusticia.org