Adame sale en hombros entre la división de opiniones
Salía el toro a La Glorieta en la segunda de feria, con una corrida de Montalvo encerrada en chiqueros y con Paco Ureña, Joselito Adame y Jiménez Fortes preparados para el paseíllo.
Tuvo gracia y sabor el saludo de lances a pies juntos de Ureña al primero, con más compás que cadencia por la falta de ritmo del animal. Escaso empuje y poca gracia tenía el de Montalvo, pero supo Ureña cogerle el pulso y templarle el recorrido, empujando primero, tirando después, cuando ya no había emoción en la embestida y tuvo que poner el murciano la emoción a base de ralentí. Gusto del murciano en el final a dos manos, pureza en cada cité, en cada lance, en cada paso. En los medios debió entrar a matar al animal, pasado de faena, y caída cayó la estocada. Se atacó con el descabello y escuchó silencio.
Buscó Adame desde el principio el calor del tendido al abrirse de capa y recibir muy asentado al castaño segundo en lances de mucho encaje con media graciosa y un recorte muy torero. Más liviano fue el quite por chicuelinas, con el animal más templado en la embestida. Con cambiados y de pecho, buscando la vibración con un animal de acusada movilidad, humillación y obediencia. Toro para cotas más altas que la suficiencia muletera que le dio Adame, tan fácil como liviano en las formas. Solvente el mexicano con la mano diestra, no terminó de cogerle el ritmo al natural. Lo mató de estocada desprendida y paseó una oreja.
Por abajo enceló Fortes al tercero, que le hincó los pitones en el suelo cada vez que intentó encajarse el malagueño con la dormida llegada de escaso poder que enfadó a los tendidos. Muy templado el inicio, empujando la embestida con la diestra y viendo cómo se le apagaba el motor a mitad de tanda para empezar a protestar. Supo cogerle la velocidad y el aire el malagueño, y buscar entonces el recurso para cambiar el pitón y buscar el más natural. Muy sincero al natural Fortes, tenía muy justa la arrancada por ahí el animal, sin que a Saúl le importaban vencidas ni protestas. Final entre pitones de circulares en el largo metraje.
Intentó balancear Ureña la movilidad encendida del cuarto de salida, pero no sacó el ritmo el animal para repetir con cadencia. Buscó siempre el toreo el murciano desde el compuesto inicio, construyendo la enclasado embestida hasta que rezumó calidad para trazarle muy lento a diestras, arrastrando muy despacio media muleta, sintiéndose siempre y transmitiendo con la propuesta de pecho al frente y abandono a la obra. Tanto que resultó volteado al quedarse el animal bajo la tela. Alardes de valor después, cuando ya no quiso el animal ir para adelante.
Animoso y bello fue el saludo de verónica genuflexa de Adame al quinto, serio por delante, más vareado por detrás y con muy buena expresión, que colocó la cara en cada lance y no en el remate de la media. Muy liviano fue también el trasteo a un toro de gran movilidad, de codicia y de celo, que exigió más entrega para cuajarlo. Ligó mucho el mexicano, anduvo fácil y ni siquiera sudó para pasarlo con solvencia, pero se antojó escaso lo mostrado con las telas, dada la calidad del animal, y así se lo recriminó el tendido. Aún así, paseó una oreja ante la división de opiniones.
Le deletreó Fortes cuatro verónicas y media al quinto para mostrar sus credenciales con el tendido coreando los lances. Quiso ayudarlo mucho en el inicio muletero Fortes, y acudió con más voluntad que poder el de Montalvo, que protestaba los finales por su falta de condición para terminar las tandas. Sacó Saúl en Salamanca su versión más templada torear muy despacio al natural, encelando con la bamba y esperando la repetición con la muleta muerta, pero careció de emoción el noble toro de Montalvo, cuyos punteros en los finales deslucieron el valeroso final del trasteo, meritorio y sincero, que trajo incluso la voltereta de la entrega. Dejó una estocada corta y escuchó una ovación.
FICHA DEL FESTEJO