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El grupo 'Ilusión Charra' logra reunir a cientos de personas en torno a la música y los bailes...
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CULTURA POPULAR

El grupo 'Ilusión Charra' logra reunir a cientos de personas en torno a la música y los bailes...

Actualizado 16/08/2014
Raúl Hernández

SANCHOTELLO | Los jóvenes de la localidad hacen piña para defender las tradiciones musicales salmantinas

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En Sanchotello, como en muchos pueblos de la comarca, se celebro ayer el día grande de sus fiestas en honor a la Virgen de la Asunción, la proximidad a Béjar ha hecho que tradicionalmente muchos de sus hijos se hayan trasladado a vivir y trabajar a esta ciudad, pero con la ventaja que da estar a pocos kilómetros.

Esta ventaja se traduce en que por ejemplo, en época de fiestas el pueblo reverdezca, y sus calles se llenen de coches y críos, y que cualquier acto festivo sea convertido en un centro de atracción multitudinaria, y esto, no podía ser de otra forma, ocurrió ayer con la presentación del grupo folclórico Ilusión Charra.

Al margen de juegos para críos, campeonatos de cartas para mayores y bailes verbeneros, hasta altas horas para todos los públicos, hay una actividad arraigada entre estas gentes que esta dando un nuevo lustre a Sanchotello, se trata de los bailes tradicionales acompañados por un tamborilero.

El tamborilero es Richard Redondo, un joven que desde bien pequeño se sintió atraído por la música de sus abuelos, y que comenzó a tocar la gaita y el tamboril, lo que le condujo indefectiblemente a conocer y acompañar los bailes populares de su tierra, que al fin y al cabo, y aunque muchos no lo entiendan, es para lo que sirve la música popular, para acompañar a los danzantes.

Bajo la dirección de este tamborilero se han agrupado una buena colección de jóvenes de entre 12 y 22 años, que están desarrollando una capacidad de resurgimiento de los bailes y músicas de otras épocas, casi ancestrales, entroncando con tradiciones que muchos creían perdidas, y que han llegado en el momento preciso, cuando los más viejos del lugar todavía están en condición de disfrutarlos y los más pequeños de conocerlos.

La labor va por buen camino, son aceptados por propios y extraños, y su agenda no está limitada a actuaciones de carácter local, ellos van más allá, mucho más allá. Tanto como para generar esa ilusión necesaria de sus jóvenes componentes, para seguir con esta afición que ellos desarrollan como un trabajo, sintiéndose adultos y haciéndola como adultos.

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