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Sentido recuerdo a las víctimas de la represión militar de 1936
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HOMENAJE ANUAL

Sentido recuerdo a las víctimas de la represión militar de 1936

Actualizado 15/08/2014
Redacción Ciudad Rodrigo

ROBLEDA | El acto fue promovido como todos los años por la Asociación de Documentación y Estudio de El Rebollar

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La Asociación de Documentación y Estudio de El Rebollar llevó a cabo en la jornada del jueves su acto anual de homenaje a las personas que fueron ejecutadas extrajudicialmente en Robleda durante la represión militar del verano de 1936.

En total, se tiene constancia de 30 víctimas mortales, entre vecinos del pueblo y personas de otros municipios que fueron asesinadas en el término municipal de Robleda. Durante el acto, el presidente de la Asociación de Documentación y Estudio de El Rebollar, Ángel Iglesias Ovejero, dio lectura al nombre de todas esas personas.

Una de ellas es José Prieto Martín -abuelo de Esther Prieto, secretaria de la Asociación- cuyos restos mortales fueron enterrados el pasado 8 de agosto en el panteón familiar de Robleda tras ser exhumados de la fosa en la que permanecían en Villasbuenas de Gata (Cáceres) junto a los de Eduardo Gutiérrez Romero.

Durante el acto, Ángel Iglesias insistió en la necesidad de recuperar y valorar el legado republicano. Tras la lectura del poema de Pedro Salinas Suelo por parte de Esther Vicente, José Mateos Mateos, hijo de una de las víctimas de la represión, Juan Mateos Carballo -quién fue asesinado en el Puerto de Perales el 24 de agosto de 1936- depositó un ramo de flores al pie del monolito en recuerdo de las víctimas que hay en Robleda. A continuación se guardó un minuto de silencio y hubo un recuerdo para la República.

Al acto asistieron familiares de las víctimas, así como el alcalde de Robleda, José Luis Varas; el alcalde de Navasfrías, Celso Ramos; el concejal de IU en Ciudad Rodrigo Domingo Benito; el exalcalde de Fuenteguinaldo, Jesús Vicente; el exconcejal de Pozoblanco (Córdoba), Serafín Pedraza; y miembros de las asociaciones Memorial de La Orbada y Farinatos por la Memoria.

Ésta es la intervención íntegra de Ángel Iglesias, junto con el listado de las víctimas mortales:

Una vez más, queridos familiares y amigos, os damos las gracias por vuestra presencia en este acto, que con ligeras diferencias desde hace siete años se celebra por estas fechas en memoria de los vecinos de Robleda y forasteros asesinados en este término municipal en el verano de 1936, algunos de cuyos restos fueron ignominiosa y anónimamente sepultados en el cementerio local, en el de otras localidades o en lugares desconocidos. Precisamente ayer, 13 de agosto de 2014, se cumplieron 78 años de la razia efectuada por carabineros y milicianos fascistas que condujo a las siete primeras víctimas a los mataderos de Boadilla y Castillejo de Huebra.

Al cabo de siete años, tal vez debamos profundizar un poco en el sentido de actos como éste, que una vez superado el estado emocional con que nos juntamos las primeras veces, corren el riesgo de convertirse en rutinas huecas, como ya insinuábamos el año pasado. Recordemos algo de nuestra propia andadura, como socios de Documentación y Estudio de El Rebollar o colaboradores de la misma. En julio de 2007, con la venia del Ministerio de la Presidencia y el apoyo de la Asociación de Salamanca por la Memoria y la Justicia, levantamos este monolito, en este espacio cedido por el Ayuntamiento de Robleda, a la derecha de la carretera de Ciudad Rodrigo a Cáceres poco antes de su entrada al pueblo. Así hemos construido un lugar de memoria (siguiendo la denominación de los teorizadores del tema, Pierre Nora y otros).

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Entonces nos adelantamos un poco a la publicación de la ley de memoria histórica (Ley 52 de 2007, de 26 de diciembre). Y cuando al año siguiente costeamos la lápida con los nombres de casi todas aquellas víctimas, al tiempo que consolidábamos este espacio como un lugar de memoria, pretendíamos hacer uso de uno de los derechos de memoria que dicha ley señala: "el derecho de todos los ciudadanos a la reparación moral y a la recuperación de su memoria personal y familiar" (art. 2.1). Por mi parte, y aun reconociendo el esfuerzo de las personas implicadas, no estoy muy seguro de que hayamos ido muy lejos en el reconocimiento de este y otros derechos que dicha ley señala (reparación moral de la víctima y de su familia, ilegitimidad de la represión, derechos patrimoniales e indemnizatorios, derecho a saber). Sin ir más lejos, hoy conocemos el nombre de las víctimas de Robleda, pero su reconocimiento como tales es solamente testimonial o moral en muchos casos y no oficial. El ayuntamiento de Robleda podría hacer algo para que dos hijos del pueblo (Fermín Mateos Carballo, alcalde republicano, y Julián Ovejero García, jornalero), asesinados en el término y enterrados delante de numerosos testigos en el cementerio como "desconocidos", figuren con sus nombres en algún lugar del recinto y en el registro civil. Es un deber de memoria que incumbe a las autoridades de decenas de lugares del entorno mirobrigense: Ciudad Rodrigo, Saelices, Casillas de Flores, Peñaparda, etc.

En general, nuestra Asociación ha hecho lo que ha podido, pero cabe esperar mucho más de la administración general, comunitaria, provincial y local. Deberían ser las corporaciones municipales las que asumieran homenajes como éste, antes de que los familiares y últimos testigos de las víctimas desaparezcan. Entre tanto, nosotros deberíamos seguir por el camino emprendido, investigando y recuperando la memoria transmitida, siendo críticos con la información, pero respetando la memoria de todas las víctimas, y teniendo el cuidado de que nuestras propias manifestaciones en privado y sobre todo en público, en actos conmemorativos como éste, no tengan un efecto perverso. Hay silencios y homenajes que, por omisión, pueden resultar ofensivos para otras víctimas, y pueden explicar la inhibición de algunos familiares de las víctimas en la tarea de recuperación de la memoria. Sucede cuando se olvida a estas últimas al rendir homenaje a una de ellas, por muy ilustre que ésta haya sido. Sucede también cuando en los testimonios tratamos de exculpar a una víctima familiar con la frase consabida de que "no había hecho nada" (nada malo se entiende). Y es una frase desafortunada, porque implícitamente se da por hecho que las otras víctimas "sí habían hecho algo" (algo malo se entiende), sin que por ello quede exculpada la primera porque el hecho mismo de tratar de hacerlo a convierte en presunta "culpable" (excusatio non petita, accusatio manifesta).

En realidad todas las víctimas de nuestro listado "habían hecho algo". Habían hecho algo perfectamente legal, conviene añadir, hasta poco antes de ser asesinadas. Habían ocupado cargos municipales, habían asumido responsabilidades políticas o sindicales, habían estado sindicados, habían exigido sus derechos laborales (incluidos los jornales regulados por ley), haciendo uso eventual de la huelga, habían fomentado o reclamado la aplicación de las reformas republicanas (y principalmente la aplicación urgente de la Reforma Agraria), habían participado en manifestaciones republicanas y sindicales, y por último no se habían adherido al Alzamiento Militar. Por todo ello, los militares rebeldes, así como sus sicarios y beneficiarios, consideraron a todas aquellas personas como sus oponentes, que para escarmiento de otros posibles "desafectos" y para asegurar la impunidad de los victimarios, fueron ejecutadas extrajudicialmente. De modo que TODAS LAS VÍCTIMAS MORTALES DE LA REPRESIÓN MILITAR FUERON EJECUTADAS POR SU REAL O PRESUNTA OPOSICIÓN AL ALZAMIENTO.

Tenemos un deber de memoria solidaria hacia estas víctimas y a las de otros lugares, sabiendo que las memorias individuales o familiares de cada uno de nosotros son fragmentos que cobran sentido en la memoria colectiva, en la que están imbricadas. Y ese recuerdo nos lleva inevitablemente a la recuperación del legado republicano, como espero por mi parte haber contribuido a demostrar con mi descripción de La represión militar de 1936 a 1948 en el Sudoeste de Salamanca, según los testimonios orales y declaraciones de las causas instruidas por la jurisdicción militar, todavía sin rematar. Y para la cual deseo aportéis detalles cuando leamos a continuación los nombres de las víctimas.

LISTADO DE VÍCTIMAS MORTALES DE LA REPRESIÓN MILITAR EN ROBLEDA O ASESINADAS EN SU TÉRMINO (VERANO DE 1936)

Nota Bene. Listado de víctimas mortales, ejecutadas extrajudicialmente en el verano de 1936 por milicianos fascistas, encuadrados eventualmente por carabineros o guardias civiles; con indicación de la naturaleza (si no es Robleda), profesión y cargo público o sindical; entre paréntesis, la fecha de detención en Robleda, el lugar donde se efectuó el asesinato, o apareció el cadáver, eventual enterramiento.

1. Sebastián Bonilla, jornalero, presidente de la Sociedad Obrera (13/08/1936, Castillejo de Huebra, San Muñoz)

2. Julio Calzada Blasco, nat. Gata (Cáceres), albañil, quizá con cargo sindical (13/08/1936, Castillejo de Huebra, San Muñoz)

3. Juan Collado Mateos, jornalero (antes del 22/08/36, lugar desconocido

4. DESCONOCIDO (a. 22/08/36, El Empalme, Robleda

5. DESCONOCIDO (verano de 1936, rematado a estacazos, cerca de los Palus Cruzáus, Robleda

6. 7. 8. TRES DESCONOCIDOS (verano de 1936, sin fecha, La Jernandilla, Robleda

9. Julián (o Juan) García Milán, jornalero, quizá con cargo sindical (13/08/1936, Castillejo de Huebra, San Muñoz)

10. Amable González Andrés, nat. Reguero, León, maestro (01/09/1936, Écija, Sevilla)

11. Emilio Gutiérrez PascuaL, jornalero, quizá con cargo sindical (13/08/1936, Boadilla)

12. Eduardo Gutiérrez Roncero, jornalero, quizá con cargo sindical (verano de 1936, Villasbuenas de Gata, Cáceres)

13. Segundo Mateos Baz, jornalero (05/09/1936, sacado de la prisión de Ciudad Rodrigo, quizá en Sancti Spíritus)

14. Fermín Mateos Carballo (< DESCONOCIDO), labrador, alcalde republicano (06/09/1936, cazado en el regato de los Alisos, Robleda, en cuyo cementerio fue enterrado como "desconocido").

15. José Mateos Carballo, labrador (finales de agosto de 1936, lugar desconocido, quizá Carvajales, Payo)

16. Juan Mateos Carballo, labrador (24/08/36, Puerto de Perales, Gata, Cáceres)

17. José Mateos (Benito) García, jornalero (24/08/36, Puerto de Perales, Gata, Cáceres).

18. Esteban Mateos Mateos, labrador, concejal republicano (13/08/1936, Boadilla)

19. Sebastián Mateos Mateos, labrador (02/09/1936, carretera de las Serradillas, término de Zamarra)

20. Tiburcio Mateos Mateos, jornalero, responsable político o sindical (13/08/1936, Boadilla).

21. Santiago (o Benito) Montero Sánchez, jornalero, quizá con cargo sindical (13/08/1936, Castillejo de Huebra, San Muñoz)

22. Ángel Ovejero García (< DESCONOCIDO), jornalero (31/08/1936, Bodón)

23. Juan Ovejero García (< DESCONOCIDO), jornalero (03/09/1936, Gatuñal, Peñaparda)

24. Julián Ovejero García (< DESCONOCIDO), jornalero (02/09/1936, cazado en en Larrojolardino, Robleda, en cuyo cementerio fue enterrado como "desconocido")

25. José Prieto Martín, chófer (verano de 1936, Villasbuenas de Gata, Cáceres)

26. José Manuel Sánchez Sánchez, nat. Boada, carretero (30/08/1936, término de Bodón)

Total : 26 ejecutados extrajudicialmente, entre ellos 1 sacado de la cárcel de Ciudad Rodrigo, 0 procesados

Dudosos: 2 DESCONOCIDOS, uno abandonado detrás de la Ermita del Cristo y otro algo más lejos, uno de los cuales se ha relacionado con Ignacio Sierra Borrego. De los 4 desconocidos consignados en el registro civil de Robleda, tres han sido identificados: Julián Ovejero García, Fermín Mateos Carballo, Félix Hueso Pascual, vecino de Peñaparda; el 4º, hallado cadáver en El Empalme, podría ser Esteban Sánchez Hernández, cacereño, registrado fuera de fecha en El Bodón.

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