Jueves, 09 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
En busca de la Excelencia perdida. “La Tostona”
X
Paz y Bien

En busca de la Excelencia perdida. “La Tostona”

Actualizado 21/07/2014
Rubén Martín Vaquero

La inteligencia embellece a las personas. Oriana Fallaci

Con el corazón henchido de alegría y regocijo comienzo este informe. De nuevo este curso académico me han vuelto a nombrar tutora de un curso de la ESO. Comprenderán ustedes mejor mi exultante estado de ánimo si les digo que siendo tutora me siento más persona, más educadora, más? realizada en la vida. Tengo tanta ilusión, que incluso mi profesión de profesora de Ciencias Naturales, asignatura por la que me presenté y aprobé las oposiciones al Cuerpo de Profesores de Educación Secundaria, pasa a un segundo término.

Tomen ustedes nota; me encanta recibir a los padres de mis alumnos y con palabras como distraído, hiperactivo, disperso, espontáneo, sincero, inquieto, inteligente, noble y de buen corazón ver como se autoconvencen de que yo puedo enderezar las conductas y los comportamientos incorrectos que ellos no saben o no se atreven a corregir en sus chicos. ¡Es tan ilusionante la inocencia!

Hoy, por ejemplo, el alumno Iñaki Gutiérrez García me ha dicho que sus padres querían hablar conmigo.

-¡Por supuesto! ?he contestado-, espero impaciente la visita.

Me ha mirado como si no me conociera.

Yo sí conozco a sus padres que, por cierto, están a un paso de la senectud.

-Es que la vida nos distrajo y cuando habíamos perdido toda esperanza de ser padres, mi mujer se quedó embarazada ?me contó el padre en una entrevista anterior.

-Debió ser maravilloso ?les alenté a que se explayaran.

Ya saben, a un profesor lo que le sobra es tiempo.

-Miré usted, cuando nos enteramos, del pasmo nos dio tal ataque de ansiedad que a punto estuvimos de pasar a mejor vida ?el padre se lanzó.

-Hiperventilábamos ?ratificó la madre-, tuvimos que meter las cabezas en unas bolsas de plástico para tranquilizarnos.

-Supongo que buscarían documentación del fenómeno?

-¡Cuánto sabe usted! ?había admiración en sus palabras-. Sí, nuestro desconcierto en aquellos momentos cruciales fue de órdago ?me explicaron mirándome con ojos cómplices-, sin perder tiempo comenzamos a devorar libros de autoayuda para padres primerizos del tipo "Si no tiene un hijo superdotado es porque no quiere" o "Llega un genio a su vida".

-Era tal el prodigio, póngase usted en nuestro lugar ?siguieron con el hecho- que pedimos audiencia al ministro del ramo para solicitar que se otorgase a las embarazadas la medalla del mérito al trabajo.

-Y al padre? -la interrumpí por aquello de la ecuanimidad.

-No crea?, no crea que él se iba a quedar sin su premio ?me dijeron moviendo la cabeza hacia un lado y hacia otro-, para mi marido demandamos la de Alfonso X el Sabio.

-¿Qué les dijo el ministro? ?no pude reprimir la curiosidad.

-Estuvo amabilísimo ?recordó el padre-, y nos prometió que esa misma mañana comenzaba a tramitar las condecoraciones. Mientras tanto puso a nuestra disposición una banda de trompetas y tambores dirigida por el alcalde de Patones con su vara de mando, para que fueran abriendo paso a las embarazadas españolas mientras dos municipales voceaban: "¡Una embarazada!" "¡Una embarazada!" "¡Apártense a un lado, por el amor de Dios!"

-Y ustedes?

-Nosotros, en la gustosa soledad de la espera, fuimos almacenando miles de dosis de alabanzas, cuentos y plegarias para cuando llegara el momento cumbre.

-Y llegó el debut ?constaté una obviedad.

-¡Qué le voy a contar?! ¡Qué le voy a contar?! -el padre, risueño, se deshacía en ganas de contármelo.

-¡Anímese, hombre!

-Está bien, si insiste? Envuelto en la luz de los focos entré al paritorio con paso firme y marcando el ritmo de la respiración. Me lo habían enseñado en las clases de preparación del parto. Con la mano derecha sujeté el hombro de mi mujer, que parecía poseída, y con la izquierda sostuve una cámara de vídeo para inmortalizar el hecho. No me había visto en otra en mis cuarenta y ocho años. Mas cuando la criatura vino al mundo me quedé estupefacto; ni las paredes se volvieron de oro, ni traía un pan debajo del brazo; llegó por donde todos los demás. Yo que le esperaba parapetado detrás de una pancarta con la leyenda ¡Bienvenido a nuestra supervida! me recuperé como puede, y aunque seguía echando en falta música de violines, dos o tres arcángeles y el olor celestial del que había oído hablar, hice de tripas corazón ¡qué remedio! y me recoloqué al lado de tres auxiliares de enfermería preparadas por las bandas para parar al niño (que no hizo falta), del médico que ya estaba agachado y con los brazos abiertos para recibirlo (que no cayera en el cubo), de dos matronas que esperaban en la segunda línea a que se lo pasase el obstetra y de un puñado de estudiantes de Medicina, que se arrebujaban temerosos porque veían un parto por primera vez.

Al día siguiente mi mujer, la candorosa criatura, la cámara de vídeo, la pancarta, las plegarias y un servidor, nos fuimos a casa a vivir maravillas. Fueron tiempos complacidos.

No me pude reprimir y les dije:

-El niño les llenaría la vida.

-¡Sí! ¡Sí! Usted sí que nos entiende ?repitieron encantados-. ¡Esperamos tanto de usted!

Les dediqué mi mejor sonrisa y pretextando el zumbido del timbre del teléfono de conserjería, me excusé para salir pitando.

Y es que tengo vocación de tutora.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...