El Teatro Nuevo se queda pequeño para acoger la Fiesta de La Charrada

"Cambiamos La Charrada a julio para huir de la lluvia? y nos equivocamos". Fue la reflexión del alcalde Javier Iglesias durante la deslucida Fiesta de La Charrada que vivió Ciudad Rodrigo en la jornada del sábado por culpa de las inclemencias meteorológicas.

Por la mañana, la lluvia caída en varios momentos obligó a trasladar al Teatro Nuevo la actuación del grupo portugués Trasga. La organización de La Charrada confiaba en que fuera algo excepcional, y que el festival de la tarde pudiera desarrollarse con normalidad, ya que además la previsión meteorológica era más favorable a partir de la hora de comer.

Sin embargo, apenas una hora antes del horario fijado para el inicio del festival, las 20.00 horas, cayó un intenso chaparrón sobre Ciudad Rodrigo, lo que llevó a la organización a decidir el traslado del evento al Teatro Nuevo Fernando Arrabal, con momentos de caos inclusive en la Plaza (mientras los técnicos desmontaban los equipos de iluminación del escenario, otros operarios continuaban extendiendo las sillas bajo la lluvia).

En los minutos que faltaban hasta las 20.00 horas, el cielo mejoró rápidamente, pero ya no había posibilidad de volver a la Plaza, por lo que La Charrada se desarrolló a cubierto en el Teatro, que se quedó pequeño para toda la gente que quería ver las actuaciones.

Las circunstancias de la tarde también obligaron a modificar el habitual pasacalles previo de los grupos participantes en el Festival. Así, los grupos se pusieron en marcha hacia el Teatro Nuevo en la calle Juan Arias, recorriendo las calles General Pando y Colada, la Plaza Mayor ?donde algunos grupos ofrecieron a su paso por allí pequeñas exhibiciones- y la Rúa del Sol.

Una vez en el Teatro, abrieron el Festival los alumnos de gaita y tamboril, baile charro y percusión de la Escuela Municipal de Ciudad Rodrigo. De esta actuación destacó el baile de la botella realizado por los cuatro alumnos más pequeños de la Escuela Municipal.

Joaquín Díaz recibe La Encina Charra

En mitad de esta primera actuación tuvo lugar la entrega de La Encina Charra, galardón que reconoce la trayectoria de profesionales en defensa del folklore. En este 2014, fue galardonado el músico Joaquín Díaz González por su contribución al estudio, conservación y difusión de la cultura y música tradicional.

Joaquín Díaz expresó que había recibido muchas muestras de afecto desde que le comunicaron que había sido galardonado con La Encina Charra. Su intervención estuvo centrada en el concepto de encina, explicando que él de pequeño se ponía a pensar en una, "como dicen que hacía el más importante de los dioses griegos, Zeus, y así me sentía yo en la ingenuidad de la infancia: como un dios que podía controlar el universo".

Desde su punto de vista, la encina es "el mejor de los árboles" por tener "tres virtudes de las que los humanos podemos tomar ejemplo: la generosidad -la encina alimenta y da calor a todos los seres que la rodean-, la paciencia -la encina crece lenta y moderadamente y es el antídoto contra la prisa o la precipitación- y la fortaleza -la encina tiene un peso y una densidad que la hacen casi única-".

Unido a su longevidad, Joaquín Díaz entiende la encina como "una metáfora de la tradición: la tradición significa entrega -de conocimientos y de la propia vida-, significa respeto por lo natural y por la naturaleza, y requiere mucha firmeza en las convicciones; mucho amor por lo propio, por el patrimonio, que es todo aquello que nuestros padres nos dejaron y que cada generación lucha por conservar y revivir".

Para Joaquín Díaz, "cuanto más escasa y menguada sea la base sobre la que se asienten nuestros pies, menos posibilidades tendremos de elevarnos sobre el presente para encarar un porvenir fecundo". Asimismo, recomendó el dejar a un lado "lo accesorio para quedarnos con lo esencial para vivir".

Ritmos de La Alberca, Saucelle y Portugal a lo largo del Festival

Posteriormente, fue turno para el grupo folklórico El Fandangu de Robleda, que ofreció un variado repertorio de canciones que fue alternado con varias historias sobre Robleda contadas por una de las integrantes del grupo. Durante esas intervenciones, reivindicó el "no perder lo propio de los pueblos".

El Festival continuó con una pequeña representación del grupo folklórico de La Alberca Sierra de Francia, que ofreció al público el baile del ramo que desarrollan cada 15 de agosto en su localidad.

Posteriormente, salió al escenario el grupo folclórico de Paloteos de Saucelle. En primer lugar, varias chicas interpretaron la danza del cordón y de la vara. A continuación, fue turno para los chicos, quienes bailaron varias danzas con palos. Estas piezas son bailadas en Saucelle el primer fin de semana de octubre, con motivo de la Virgen del Rosario, y el 10 de agosto, con motivo del patrón del pueblo, San Lorenzo.

El listado de grupos que figuraba en el programa se cerró con la actuación del grupo etnográfico Terras de Cambra de Portugal, que tuvo problemas de espacio sobre el escenario del Teatro para poder acomodar a los 46 miembros (de un total de 60) desplazados a Miróbriga.

El Festival de La Charrada se completó con una exhibición de los alumnos de la Escuela de Verano de Folklore de Ciudad Rodrigo y con una pequeña actuación del grupo Les Folies Carcaixent de Valencia, que ya habían actuado en la noche del viernes en la Plaza Mayor.