Finaliza el Festival de Blues con un nuevo éxito de público e intérpretes

Con una matineé memorable se despidió ayer domingo la XV edición del Festival Internacional de Blues de Béjar. A las 13:00 horas Félix Slim comenzó a desgranar los temas de su último disco Midtown Blues, arropado por toda una caterva de incondicionales del blues que afilaban sus garras esperando el momento de su oportunidad para saltar al escenario. Porque si por algo se han caracterizado las sesiones del festival, tanto las oficiales como las paralelas es por la masiva afluencia de músicos, que no son de los que no salen en los grandes titulares pero que se parten el pecho noche tras noche por los escenarios de medio mundo.

El programa de esta edición ha conseguido que se repita el éxito del año pasado en cuanto a público asistente, y si la entrada del viernes fue buena la del sábado superó todas las expectativas, se lleno el coso hasta la bandera, mezclando a todo tipo de aficionados al blues y a la noche en una fiesta de confraternización que iniciaron los míticos Gov't Mule, encandilando a los asistentes y dando el gustazo de escucharles durante dos enérgicas horas, haciendo uno de los temas acompañados por el irremediable Lucky Peterson, viejo conocido de la parroquia Fibbera que salió después al escenario y volvió a hacer de las suyas, paseíllo por la arena incluido.

Cerraron la noche los Corizonas, aportando la experiencia de dos bandas tan buscadas como Los Coronas y Arizona Baby, con una propuesta diferente por la plasticidad de sus interpretaciones, y la carga de crítica social que defienden. A las arengas de Fernando Pardo y Javier Bielva, hay que añadir las maestrales interpretaciones del resto de la banda.

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