Viernes, 03 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
La sociedad del cansancio: positividad y apariencia (II)
X

La sociedad del cansancio: positividad y apariencia (II)

Actualizado 12/07/2014
Matilde Garzón

El cansancio que infarta y el que rejuvenece.

Las enfermedades neuronales: depresión, hiperactividad y déficit de atención, trastornos de la personalidad, desgaste ocupacional.., son infartos ocasionados por el "exceso de positividad". Y es que hemos vivido obsesionados por "lo positivo" y hoy el exceso de positividad ha llevado a un cansancio catatónico. Respecto a lo positivo y negativo conviene aclararnos:

[Img #57660]

En los seres humanos hay dos formas de potencia: la positiva, de hacer algo; la negativa, de no hacer, de decir no. No se trata de impotencia o incapacidad de hacer algo. Si sólo se poseyera la potencia de hacer algo y ninguna potencia de no hacer, se caería en una hiperactividad mortal. Según Hegel la negatividad, contra lo que puede parecer, mantiene la existencia llena de vida; no se identifica con pasividad. Es más fácil decir SÍ a todo que decir NO. Es un rasgo característico de la contemplación, pues el contemplativo intenta alcanzar el vacío, para llenarse del SER, diciendo NO, liberándose de su Ego y su constelación, que le estorba y se le impone.

La hiperactividad, absolutiza la potencia positiva y se convierte en una forma pasiva de actividad que ya no permite ninguna acción libre. El cansancio de la sociedad de rendimiento es un cansancio a solas que aísla, divide; que separa, según Handke, en "Ensayo sobre el cansancio"; que atormenta porque incapacita para mirar y hablar, quema el alma; es violento porque destruye toda comunidad, toda cercanía, incluso el mismo lenguaje.

Byung-Chul Han piensa que esta depresión sólo se puede curar dejando atrás el narcisismo, negando el presente represivo y aceptando la existencia del otro y la posibilidad del amor.

Handke lo contrapone a otro tipo de cansancio, el cansancio elocuente, capaz de mirar y reconciliar. "No solamente veo lo otro, sino que también lo soy; lo otro es al mismo tiempo yo" , El Yo se puede adelgazar y entonces el ser pesa menos y se desplaza del yo al mundo. Se trata de un cansancio que confía en el mundo, mientras que el cansancio por exceso de rendimiento positivo, cansancio a solas, aniquila al mundo?Este otro cansancio hace posible que uno no se precipite, sino que se detenga y se demore. El empequeñecimiento del yo ?recordemos aquellos versos, "animula, blandula?", que dan comienzo a "Las memorias de Adriano"- se manifiesta como un aumento del mundo... Este cansancio ? que Handke llama fundamental ?no es un estado de agotamiento que incapacite para hacer algo. Al contrario, inspira, deja que surja el espíritu. La inspiración del cansando dice menos lo que hay que hacer que lo que hay que dejar. Es un desprendimiento que permite un sosiego especial, un "no-hacer" sosegado; es también un cansancio despierto, de formas lentas y duraderas que conduce a una atención especial. "Rejuvenece, devuelve la capacidad de asombro al mundo" y no necesita de la identidad; las cosas brillan aunque parezcan más imprecisas, más permeables y pierdan algo en determinación. Esta especial indiferencia concede a estos cansados un aura de cordialidad, hace posible la concepción de una comunidad que no requiere pertenencia ni parentesco, en contraste con esa identidad de la que se alardea para reclamar independencia. Las personas ancianas, si aún conservan su cordura, suelen ser más sosegadas, más blandas y poseen ese aura de comprensión y cordialidad que tanto necesitamos en una época dominada por la violencia. También los contemplativos que desarrollan la capacidad de encuentro con las realidades invisibles y de asombro con la belleza y bondad de lo visible, viven el sosiego y la cordialidad del desprendimiento. Lo mismo se podría decir de muchos poetas.

Handke asemeja este cansancio que corresponde a la potencia negativa, del NO, al Sabbat, al descanso del 7º día de la creación, tiempo sin trabajo, de juego, de paz, de la pausada mirada, del sosiego, de la indiferencia como cordialidad.

2. Transparencia: consumidores y espectadores

Es deplorable que el conjunto de la vida social se convierta en mercancía, en espectáculo. Las cosas existen si son "expuestas", en el mercado. La exposición hasta el exceso lo convierte todo en mercancía. Lo invisible no existe, de modo que todo es entregado desnudo, sin secreto, para ser devorado de inmediato, como decía Baudrillard "Hoy el ser ya no tiene importancia alguna. Lo único que da valor al ser es el aparecer, el exhibirse. Ser ya no es importante si no eres capaz de exhibir lo que eres o lo que tienes". Nos ahoga la publicidad con su machacona exhibición.

No se pide transparencia a los políticos para los procesos de decisión, que no interesan al consumidor, sino para descubrirlos, para desenmascararlos o para escandalizar. La demanda de transparencia no es la de un ciudadano comprometido, sino de un espectador pasivo. La sociedad de la transparencia, poblada de espectadores y consumidores, es la base de una democracia del espectador...

El hecho de que el mundo es un mercado, hace que los políticos no acaben siendo valorados por lo que hacen, sino por el lugar que ocupan en la escena. Desaparece la esfera pública y se genera un vacío rellenado con los aspectos de la vida privada que se expone. Se diluye también la verdad, porque en la sociedad de la transparencia, del espectáculo, lo que importa es la apariencia. Todos reclamamos una transparencia verdadera en la gestión de los que manejan nuestras cosas y toman decisiones sobre nuestra vida y convivencia pero el ciudadano necesita más formación democrática, más educación en valores, para saber reclamar y exigir lo que corresponde a su soberanía, no retórica sino real.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...