Joven de 27 años, 'speaker', presentador y natural de Villoruela
El partido
en el que irrazonablemente
siempre tendemos a ganar
sin conseguirlo siempre,
de hecho pocos son los que ganan,
muchos empatamos
y también los hay
que hemos perdido el "partido"
incluso en el tiempo de descuento,
con una jugada antirreglamentaria
y sin más juez que una de las partes,
siempre injusta para la otra.
Cada día es una parte del "partido",
cada año es una parte del "partido",
cada etapa es una parte del "partido",
sabiendo que el inicio es un tanteo,
de terreno, de rival, de lugar
y con el paso de los "minutos"
intentamos atacar a la vida,
sin miramientos, con estridencias
y a mitad de encuentro pedimos un descanso
para recuperar, aclararnos,
definir la táctica de la segunda parte.
Comenzados los segundos cuarenta y cinco "minutos"
buscamos la estabilidad, el equilibrio
sin renunciar a poder ganar el partido,
pero sabiendo que el desgaste
va haciendo mella en nosotros.
Es posible que ya hayamos marcado gol
e incluso más de uno,
pero tengo la sensación de que nos han empatado
y se va acercando el final. Noventa "minutos".
Decididos a ganar la final,
vamos a la prórroga
y los cambios tienen poco tiempo
para provocar la reacción deseada,
por lo que decidimos aprovechar cada "minuto",
de los treinta extras, como si fuera el último,
no siendo que no lleguemos a los penaltis.
Las fuerzas ya son escasas,
el cansancio del "partido" es poco a poco
irrecuperable.
La victoria o la derrota, al final,
se juega a once metros,
que dispuestos y diseccionados en línea recta
resumen lo que fuimos en el "partido",
pero es momento de lanzar y terminar.
Unos dicen que si marcas
tocas el cielo,
otros que si fallas, el infierno.
Yo, escéptico,
intentaré lanzar con calidad, clase,
solo eso.
Foto de portada: Gianfranco Liccardo