Desde hace años se aplica la solución mágica para arreglar los problemas corporales tales como escoceduras, rozaduras de zapatos aplicando un bálsamo que calma los síntomas, pero que no cura las enfermedades crónicas.
Antaño, cuando de pequeñitos teníamos escoceduras u otros síntomas de que algo no iba bien en nuestra piel, nuestras madres, iban a la farmacia y compraban una pomada que parecía la panacea universal, casi todo lo relativo al tratamiento de los problemas cutáneos se curaba con un bálsamo. Recuerdo a mi madre preocupada por estos pequeños problemas.
Ahora, de mayor, lo que de verdad me escuece es que la democracia sea, cada vez más, una palabra vacía de contenido. Me escuece que haya millones de parados, me escuece cómo lo público se deteriora, la podredumbre en la que se mueven los corruptos como peces en el agua, la inmunidad de los políticos, la desfachatez de grandes banqueros y empresarios?
Contra todo esto, el estado, el régimen y el sistema, fundidos o por separado, intentan comprar en la farmacia de poder un bálsamo, no ya para que no nos escuezan las heridas, sino para que no nos enteremos de que las tenemos. Da asco ver cómo se usan los medios para que la gente no se entere de cómo nos están robando. Lo intentan siempre con los deportes, Nadal en tenis, Contador en ciclismo, Marc Márquez en motos y otros son ahora los bálsamos que quieren aplicarnos todos los días. Da asco escuchar a comentaristas y periodistas que "aunque la política esté hecha un desastre, nos queda el deporte que nos saca las miserias". Encontrarse con la noticia de que una multinacional eléctrica española ha "comprado" a decenas de periodistas de la más diversa índole para llevarlos a Brasil a presenciar el apañado campeonato del mundo de balompié, periodistas que dicen que son serios (puedes buscar sus nombres que son de relumbrón) puestos de rodillas ante una empresa que les paga, y que es la misma que se luce al lado del entrenador de la selección de fútbol gastando millones de euros en tanto que las líneas eléctricas en los pueblos fallan, por falta de calidad y "mantenimiento no rentable", casi a diario, produciendo cortes de suministro en los pequeños pueblos de Castilla y más concretamente en Salamanca, mientras unos salmantinos les ríen las gracias a dos "paisanos" que se forran a costa de ellos o les ponen alfombras rojas para que pasen. Da asco ver que cuando el bálsamo del fútbol deja de ser tal, acuden al de la monarquía y nos dan la brasa hasta en la sopa de que "miles de madrileños" (no dicen cuántos) vitorearon al nuevo e impuesto rey de "todos" los españoles (las imágenes son claras al respecto).Todos estos bálsamos, y los venideros, no serán suficientes para acallar a la gente digna y trabajadora de este país, ni aunque empleen la fuerza bruta, ni aunque quieran llenar el vacío terrorista de ETA con otros grupos, siempre de izquierdas (nunca de derechas) y no lo serán porque estos bálsamos no curan, solamente esconden o enmascaran los males de un estado en el que el nuevo bebé-monarquía que está realmente enfermo: le falta simplemente democracia y justicia social. Muchos seguiremos en pos de ellas cueste lo que cueste.La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
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