Jueves, 09 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Juan Carlos II
X

Juan Carlos II

Actualizado 10/06/2014
Fernando Robustillo

[Img #39120]

Ni es ni ha sido nunca nuestro país un dechado de dimisiones o de abdicaciones. El hecho de que la semana pasada abdicara el Rey Juan Carlos I nos ha pillado a todos en la escalera del gallego.

Tres decenios empleó Don Juan, el padre del Rey, en convencer a Franco para que le dejara el sitio y en esos treinta años la respuesta fue siempre una pregunta: "¿Estás dispuesto a firmar los Principios del Movimiento Nacional?". Una pregunta trampa. Si los aceptaba, perdía sus apoyos en el exterior y no por aceptarlos se le recibiría con las manos abiertas dentro del país. Así, las negociaciones no avanzaban. Después, en otros círculos, el dictador comentaba que Don Juan era reo de los masones. Y con esto quedaba deslegitimado de raíz, pues ser masón significaba cargar con el rabo del diablo.

La propaganda que hizo Franco a los masones sólo era comparable al uso que hiciera de la palabra contubernio. Un discurso que le granjeaba buenos rendimientos, pues aquello era como un tótem al que se temía pero que, excepto él, nadie los veía por ninguna parte. Comunistas o socialistas, si alguno hubiera quedado en activo después de los años cincuenta cuando fue reconocido el régimen en Occidente y los maquis se retiraron de las montañas, Franco se los hubiera comido en pepitoria, pero a "un fantasma", a quien denominaba masón, era muy difícil de apresarlo. Aquello se convirtió en la excusa perfecta para no abdicar ni con los tubos puestos.

Ahora nos enfrentamos a la abdicación del Rey Juan Carlos, que bien venida sea después de los últimos acontecimientos. Pero abdicar en la persona de su hijo, de 46 años, tampoco es muy romántico que digamos. Aunque así es la ley y está en su derecho. Y si lo comparamos con lo que ocurre en la monarquía británica y el Príncipe Carlos, lo de Juan Carlos con el Príncipe Felipe es como sacar a un juvenil a jugar con el primer equipo.

No obstante, haciendo un inciso con la Monarquía inglesa, el hecho de que lleve 62 años de reinado Isabel II no significa que los reyes de Inglaterra siempre se distinguieran por una borrachera de poder. Precisamente la abdicación de Eduardo VIII hizo posible que su sobrina Isabel, pasado el tiempo, accediera al trono. Y aquello de tío Eduardo sí fue una abdicación romántica después de once meses de reinado. "Dejo el cargo para macharme con la mujer que quiero", dijo. O sea, la estadounidense dos veces divorciada Wallis Simpson. He ahí un gesto. Y con aquella renuncia pasó el reinado a su hermano Alberto, padre de Isabel II, quien como rey tuvo la gentileza de cambiarse el nombre, y en honor a su fallecido padre Jorge V y como testimonio de que seguiría sus postulados, reinó como Jorge VI.

Por supuesto que nadie querría que nuestro Felipe se marchara con Letizia a vivir la vida, como hiciera Eduardo VIII, sino que se proclame Rey y desempeñe con solvencia la representación de la corona, pero al igual que Jorge VI, en homenaje a su padre, debería hacerlo como Juan Carlos II, y si no puede ser en la forma, que lo sea en los aciertos, que los tuvo, con lo que los "juancarlistas" tirarían para adelante sin caer en la tentación de la bandera tricolor, ya que todo el mundo sabe que el "juancarlismo" ha sido una vía de escape para la mayoría de los republicanos.

No obstante, sinceramente creo que en estos momentos no toca abrir el debate del modo de estado, sino acabar con la lacra del paro, depurar la corrupción y terminar con los desahucios. Por tanto, bienvenido sea Felipe VI y mejor si fuera Juan Carlos II pero por favor no seamos cómplices de una ley de punto final entretenidos con lo de monarquía o república.

Ilustración: Portada de "Cambio 16", febrero 1977.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...