Una brillante exhibición pone fin al curso de gimnasia rítmica

Buscaron que la pelota estuviese en perfecta armonía con el cuerpo, procuraron que la cuerda y el aro no cayesen al suelo, que las mazas girasen mientras el cuerpo dibujaba figuras simetricas y que la cinta ondulase artisticamente en el aire.

Las pequeñas gimnastas se atrevieron con todo, solamente los nervios del momento borraron ocasionalmente la sonrisa en sus caras. El pabellón lleno y cincuenta alumnos dando lo mejor de sí mismos bajo la atenta mirada de su entrenadora Silvia Pérez y la monitora Paula Arroyo. A la gimnasia ritmica le siguió el baile moderno, donde los más pequeño mostraron sus dotes en la coreografía de canciones conocidas internacionalmente.