ÁNGEL CONCILIADOR
Pepita: debería por los años que has disfrutado de ésta vida comenzar diciendo :
Quiera Dios que al recibo de estas letras?.y así continuar, me causa extrañeza tener que dejar el teléfono y usar éste medio para comunicarme contigo, de momento todo es confusión y también tristeza, te voy a explicar querida Pepita, que el saber hoy de tu Partida inesperada me conmovió en lo más intimo, una persona como tú, amante de la vida y "con tantas cosas por terminar", labores, escritos, pensamientos?¡siempre activa!.hayas decidido marchar a la Casa del Padre esta madrugada de un mayo revuelto, en una rara primavera climatológicamente hablando.
Unidas por ¡tantas cosas! La escritura, la radio, nuestras largas charlas telefónicas, siempre amigas, aunque por diferencias reales no estuviéramos juntas físicamente.
Hoy mis silencios son más silencios y mi agenda menos llena.
Hago mio lo de "recordar es vivir", has sido una amiga conciliadora cuando las turbulencias amenazaban por cualquier lugar el entramado de la amistad, tenías esa pal
abra conciliadora, la sonrisa, el afecto?así eras tú.
Gracias por ser amiga, ya que si por alguna causa no te llamaba, estabas pendiente de saber sobre la salud de mi familia, gracias por todos y cada uno de lo momentos que juntas hemos vivido, pero no solo mi familia y yo hemos gozado de tu buen hacer, todos hoy nos sentimos más huérfanos, nos falta tu calidez, tus consejos, el ser caritativa y compasiva, tus creencias en Dios, firmes y que por ellas aunque te tacharan de "carca" jamás renunciaste a sentirse hija de Él y acogida por la Iglesia, por tu especial sentido del humor?por todo Pepita
Eras la amiga conciliadora, y me siento afortunada por haberte conocido un lejano día gracias a SLC, realmente Pepita ¡eres una amiga del alma y tu luz irradiara siempre en mi interior!
Amiga entrañable vivirás en mi corazón
Con todo el afecto, ya sin tiempo ni espacio. Tu amiga que siempre te va recordar
Isaura
A Pepita Sánchez Sousa en el día de su partida a encontrarse con el Señor
Salamanca a diecinueve de mayo de dos mil catorce