Comiendo cerezas

Para mí, que Cañete se atragantó con el yogurt y quiso ser más papista que el Papa. El debate hubiera pasado sin pena ni gloria pero el señor tuvo que lanzar la gracia y liarla parda en el último momento. Y así ni la recuperación económica, lutos leoneses o victorias pírricas de Monago. Las damas somos tremendamente puntillosas con eso de nuestra inteligencia y la falta que nos hace que un caballero carpetovetónico se haga el bobo para que quedemos mucho mejor. Nada, si el debate suscitaba el mismo interés que los episodios repetidos de Bob Esponja que mi hija se sabe de memoria, ahora está en boca de todos, una vez que se nos ha pasado el susto de la pasarela trágica y las más crueles aún ganas de chascarrillo del personal. Nada, que Cañete ha cambiado el negro luto por el violeta reivindicativo y a todas nos sale las ganas de pillarle las partes nobles al señor una vez que nos deje, muy educadamente, pasar delante. A mi inteligencia no le hace falta que ningún caballero se retraiga, peor para él, pero si es cierto que uno se cansa de que los políticos hagan declaraciones tan burdas cuando no hay ninguna necesidad. Que aprendan de Rajoy, que callado está más guapo, guardando barba, porque a veces, y por desgracia nos ha tocado experimentarlo esta semana, hay cosas que por sabidas se callan y hay ciertas reivindicaciones que sobran.

Por eso quizás nos hemos vuelto todos rojiblancos, porque a Simeone no se le ha oído una voz más alta que otra ni una descalificación de esas que suben los colores a las tarjetas. Es el héroe del momento, el hombre del esfuerzo y de la lucha cotidiana, esa que tan bien conocemos los que, día tras día hacemos nuestro trabajo, cobramos, vivimos de ello y encima, el día quince estamos al verlas venir? y encima, dando gracias. Esos que celebramos la cañita barata en el bar de la esquina en la que el televisor de plasma sale a duras penas a darnos una alegría en la terracita improvisada. Y es que hay que correr, señores míos, correr como si ganáramos todos los millones de Messi y con carácter retroactivo. Una lo único que sabe es trabajar y desear que todo el mundo trabaje, guardarme lo que no le importa a nadie y tratar de devolver una sonrisa aunque el vecino me esté pisando la articulación esa del pie que me duele como el sentimiento soberanista. No, la chulería se nos supone y está en sordina, ahí, bien cubierta de rayas y de amarillo, para que luego digan que la mala suerte existe. A veces es mejor no decir nada, los hechos hablan por sí mismos y cuando nos reivindicamos tanto será porque no estamos seguros de lo que no necesita explicación. Cómo me gusta el silencio, señores, el silencio o ese partido a partido que a partir de ahora va a ser mi mantra favorito. Nada ganamos en plan chillido ni declaración chorra que quiere ser graciosa y se vuelve ofensiva, señor candidato Cañete. A mí que me registren, pero a partir de ahora, el que quiera saber algo de mí que se moleste en leer mi hoja de servicios, yo sí que tengo una licenciatura, señora candidata, eso también? porque no sé si el otrora ministro del besugo no iba por ahí. Puestos a sacar cerezas, unas se enredan con las otras y acabamos liándola parda. Por eso, yo me dedico al fútbol y a abrirme una lata de cerveza a la salud del Cholo. Un inmigrante de lujo, que no se nos olvide. Un tipo corriente y moliente? un tipo capaz de recordarnos lo que de verdad tiene importancia. Y bravo por el Cholo.