"No huyamos de la Resurrección de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante!". Así dice el Papa Francisco en su exhortación Evangelii Gaudium, "La alegría del Evangelio".
Huir de la Resurrección es la opción de "la Cuaresma sin Pascua" que, recuerda Francisco, eligen algunos cristianos. Opción de puertas cerradas por miedo, por tristeza? y, sobre todo, por inercia sin esperanza. A su vez, opción no escogida, sino atribuida también por quienes se han instalado en la identificación de la fe con el inmovilismo o las ataduras, colocándola como antagonista de la libertad y de la razón desde el desconocimiento y la intolerancia.
Anunciar, celebrar y, aunque cueste, vivir la Resurrección, es la opción de la Cuaresma con Pascua, del camino hasta la Cruz que se prolonga en el camino de la Luz, del Vía Crucis que tiene su complemento necesario en el Vía Lucis, "ejercicio mediante el que los fieles recuerdan el acontecimiento central de la fe - la Resurrección de Cristo- y su condición de discípulos que en el Bautismo, sacramento pascual, han pasado de las tinieblas del pecado a la luz de la gracia" (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia).
Nuestra Semana Santa salmantina, al contrario que la de otras ciudades, siempre puso el acento en la Resurrección, pues ya en 1616, sólo un año después de haber establecido la procesión del Santo Entierro, la Cofradía de la Vera Cruz determinó la celebración del desfile de Pascua. Casi cuatro siglos después, la hermosa imagen de Jesús Resucitado, acompañada por el Lignum Crucis, el Sepulcro vacío y la Virgen de la Alegría, con la que se encuentra ante la Catedral, sigue culminando la Semana Santa. En esta procesión están invitadas a participar todas las cofradías salmantinas, si bien algunas se han ausentado incomprensiblemente en los últimos dos años.
Como un eco de la mañana de Pascua, varias parroquias y hermandades convocan el acto del Vía Lucis: Jesús Rescatado en Santo Tomás Cantuariense, la Vera Cruz en su capilla homónima, el Silencio en Jesús Obrero o, desde este año, la Hermandad Dominicana por el claustro de procesiones del convento de San Esteban. Capítulo aparte merecería el Vía Lucis peregrino y misionero entre Fuenterroble de Salvatierra y Beleña. Este sábado llega el turno del Vía Lucis Joven Diocesano, que alcanza su tercera edición y es organizado por los jóvenes de las diferentes cofradías salmantinas. Presidido por el obispo, parte de la iglesia de San Sebastián, con la imagen de Cristo Resucitado que allí se custodia (son pocas las que se ven en nuestros templos), y rodea el perímetro de la Catedral mientras se van meditando las distintas apariciones de Jesús entre la Resurrección y la Ascensión. El Vía Lucis, camino de la Luz, es una oración siempre joven, siempre nueva, siempre viva. ¿Por qué huir?
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