Volantes, palmas y abanicos recibieron el día grande de la Feria de Abril

El corazón de Peñaranda ha sido el escenario del día grande de la Feria de Abril, que este año ya supera la quinta edición. Desde primera hora de la mañana, decenas de personas se acercaban hasta la ciudad para vivir esta intensa jornada cargada de actividades.

La primera parada tenia lugar el la Iglesia Parroquial San Miguel Arcángel, donde tenia lugar la ya tradicional misa rociera a la que asistían centenares de vecinos. Tras los actos litúrgicos la actividad se congregaba en la Plaza de la Constitución donde las flamencas, ataviadas con trajes típicos del sur, comenzaron los bailes y las palmas arropadas por cerca de medio centenar de caballistas llegados de toda la comarca, entre los que destacaba la exhibición realizada por los equinos de la Yeguada Ruferser.

Una elegante calesa abría la comitiva que poco a poco recorría buena parte de las calles de la ciudad y cuya última para tenia lugar en la Plaza Nueva. Bailes y alegría se hacían acompañar por los abanicos, complemento imprescindible para defenderse de las altas temperaturas que acompañaron al domingo.

El final del trayecto marcaba el inicio de la gran fiesta, cuyo epicentro tenia como escenario el restaurante La Baticola. Alrededor de la mesa se congregaron 500 personas, a los que se unieron cientos de personas llegadas desde multitud de pueblos de la comarca para unirse al baile y la animación organizada, que se mantenía hasta bien entrada la madrugada.