Soldados: valentía, fuerza y coraje, por Rubén Juy

Ya llevaba un tiempo merodeando por mi cabeza la idea de redactar un pequeño texto sobre el colectivo militar, pero no me atrevía aun a hablar de algo tan complejo y a la vez tan importante.

Charlando con mi primo Clemente, me comentó la posibilidad de que reflexionase sobre la idea de dedicarles una palabra a los suyos, a los militares que día a día se dejan la piel en prácticamente todos los lugares del mundo. Me advirtió que este artículo tendría críticas positivas pero también muchas negativas, y no le falta razón ya que es un tema complicado donde los haya.

Aun así ni voy a centrarme, ni creo que sea correcto hacerlo, en temas militares relacionados con el politiqueo barato al que nos somete la sociedad día a día.

Creo que es mucho más ilustrativo utilizar la canción que encuentran arriba como batuta para coordinar todo lo que quiero transmitirles con estas líneas.

"Madre anoche en las trincheras" es una canción que nos muestra la cara negra de la moneda, la parte cruda del asunto, aquello que nos hace darnos cuenta, irremediablemente, de lo dura que es la vida militar.

No me quiero hacer una idea de lo duro que puede ser ver morir a un compañero de batalla, imagínense si encima muere por nuestra culpa.

A estos riesgos se someten constantemente soldados de una u otra parte del mundo, y eso es lo que pretendo ensalzar.

Pretendo que todo aquel que lea este artículo se dé cuenta de lo que supone enfrentarte a la vida y a la muerte cada día. Quiero que nos demos cuenta del riesgo que sufren estas personas cuando caminan por el hilo del precipicio sin otra ayuda que la de su corazón.

¡Basta ya de llamarlos criminales! ¡Basta ya de insultar a personas que van obligadas a combatir! ¡Basta ya de odiar a niños que sujetan armas entre sus brazos sin saber de su utilidad!

No digo que no se hayan cometido atrocidades, faltaría más, claro que sí, muchísimas, pero también han nacido amistades de por vida, amores eternos y miles de historias felices que contar.

Démosle un voto de confianza, empecemos a reconocer el trabajo que realizan desde la sombra, démonos cuenta de su responsabilidad y entonces podremos juzgarles.

No todo es malo. Nadie me puede negar la enorme cantidad de viajes a diversos países, nutriendo a personas hambrientas, hidratando a niños sedientos, dotándoles de medicamentos, provisiones, hogares, escuelas?

Hay que ver las cosas siempre desde dos puntos de vista, no dejarnos manipular por la "información" que nos inyectan desde uno u otro medio de comunicación, deseosos de vender mentiras, aunque así dañen la imagen de personas bondadosas. Debemos consultar fuentes de información fiables.

Yo ya consulté la mía, y os puedo asegurar que todo lo que me ha contado mi primo sobre su trabajo es positivo. Espero que la vida nunca le obligue a ver la parte oscura de su sueño, y si así es, ahí estaré yo el primero para apoyarle en todo aquello que realice, siempre con valentía, con fuerza y con coraje.

¡Sean felices!

Rubén Juy Martín [@ruben_juy_9]

Estudiante