Decidle cómo es Marcos Ana

Señor Estella; ¿o debería decir "señoría"? Porque seguro que le hubiera gustado ser juez ?y no abogado del diablo? para dictar sentencia contra todos los hombres y mujeres que juzga y prejuzga en sus artículos de La Gaceta Regional.

Desengáñese, su Calle del Desengaño ?título de su columna semanal? nunca fue calle, sí paseo. Y usted saca de nuevo su bilis de paseo para ensuciar el nombre y la dignidad de Marcos Ana, en su artículo "Abogado del diablo" del sábado 26 de abril.

Desde 1961, fecha en que salió de prisión, Marcos Ana ha sido sometido a muchas campañas de difamación desde la caverna mediática de la derecha. Cada vez que el poeta recibe un reconocimiento salta, como un resorte, el muelle de la contrainformación para desacreditarle. Lo más triste es que la argumentación siempre es la misma. Primero fue Fraga quien, desde su condición de ministro de Información y Turismo de Franco, publicó un folleto titulado "Marcos Ana, asesino". Era tal el odio que Fraga debía sentir por Marcos Ana que hizo llegar dicho libelo a las embajadas de todos los países por donde el poeta reclamaba una amnistía para sus compañeros, los presos políticos aún encarcelados por la dictadura franquista. También el diario ABC, en el año 1962, calificaba a Marcos Ana de "Garcilaso rojo". Desde entonces, medios ultraconservadores y de la ultraderecha como Alba, Libertad Digital e Intereconomía han hecho circular la misma información con la clara intención de dañar la figura del poeta. Un corta y pega sin argumentos, solo descalificaciones como "pistolero" o "devoto de San Lenin".

¿Sabe cuál fue el delito de Marcos Ana? Lo dice él mismo en uno de sus poemas: haber querido "llenar de estrellas / el corazón del hombre". Ese fue su delito, luchar por la libertad del hombre, luchar por el sueño de un mundo más justo.

¿Qué hizo usted, señor Estella, de los 18 a los 42 años? Seguro que muchas cosas, ¿no? Marcos Ana no tuvo tanta fortuna pues pasó esos años de su vida en la cárcel, como bien sabe.

La desmemoria no está en el bando republicano. La desmemoria está en quienes, como usted, se empeñan en hacer un uso interesado de la historia. Como algunos libros de texto de primaria ?cuyas referencias circulan estos días por las redes sociales? en los que se afirma que Miguel Hernández "murió cerca de su pueblo" y Antonio Machado "se fue a Francia con su familia". Así es como se cuenta la historia, ¿no? Así cuenta usted también la suya con relación a Marcos Ana, destacando su presunta participación en unos asesinatos que nunca se probaron y que no son más que injurias. ¿No le ha interesado nada de su biografía "Decidme cómo es un árbol"? ¿Se ha preguntado usted si la decisión de Marcos Ana de no volver por Alcalá de Henares, ciudad donde se le atribuyen esos hechos, no es por miedo a la "verdad" que ustedes defienden sino porque también allí asesinaron a su padre? Marcos Ana no le teme a su pasado, no, ni oculta nada. Es el odio de la derecha el que trata sistemáticamente de borrar su memoria.

Sepa usted, señor Estella, que nadie ha encumbrado a los altares a Marcos Ana pues su figura y su poesía son de sobra conocidas y reconocidas en todo el mundo. Y también su mensaje de esperanza y perdón y la ausencia de rencor en su testimonio.

Ya es hora, entonces, de que esos "cobardes" y "desmemoriados" que ?según usted? han decidido distinguirle con el premio a los Valores Humanos se dignen reconocer al poeta en su Comunidad. No se han puesto estupendos con su fallo los miembros del jurado, no, han hecho justicia y memoria, dos palabras a las que algunos conceden poco crédito.

Para ser usted abogado es muy injusto cuando habla de su "olvidadiza Comunidad". Usted que la representó junto a otros amigos y amigos de sus amigos en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil de Guadalajara (México). ¿Se acuerda? Aquella feria en la que la Junta de Castilla y León gastó gran parte del presupuesto cultural de todo un año para dar marchamo de calidad a la marca "Castilla y León" en tierra azteca. ¿De qué le hablaron ustedes a los jóvenes lectores mexicanos? Marcos Ana les habla, en los colegios e institutos por donde pasa, de compromiso, poesía y sueños por los que luchar.

No trate de confundirnos cuando se refiere a la posguerra y a la transición como un "memorable esfuerzo colectivo de reconciliación". Yo lo llamo "ajuste de cuentas" y "pasar página". Y eso es lo que hacen muchos de ustedes, hijos de la derecha, desde entonces: ajustar cuentas y pasar página en lugar de enfrentarse a la verdad de los hechos y de la historia. No es "arqueología del rencor", como señala usted, lo que desenterró Zapatero con la Ley de Memoria Histórica sino el deseo de justicia y de memoria. Pero ahí están ustedes siempre para confundir las cosas.

Profundice usted más, señor Estella. Marcos Ana, al que usted le quita años pues tiene 94 y no 90, creció apegado a firmes creencias religiosas. Y sí, como dice usted, ese mundo religioso se le vino abajo, como a Miguel Hernández y a muchos otros cuando descubrieron la doble moral de la Iglesia y su empeño sistemático en adoctrinar. No nos presente usted a los curas como víctimas. Los hubo sí, pero también hubo mucho verdugo dentro de la Iglesia. Eso sí que es terrible. Predicar lo contrario de tu credo. Algo que nunca hizo Miguel Hernández que se negó a retractarse de sus ideas y decidió defenderlas hasta el final. Y algo que hace a diario Marcos Ana, que sí predica con el ejemplo.

¿A santo de qué emplea usted, como otros tantos columnistas, las expresiones "subir a los altares" o "santificar" para referirse al reconocimiento que despierta la figura de un hombre íntegro como Marcos Ana, un modelo en el que muchos deberíamos mirarnos a diario? Ustedes que comulgan con ruedas de molino. Ustedes que tanta mala fe administran entre los que piensan de forma diferente.

¿No advierte usted ningún valor humano en Marcos Ana? Veo que no, que a usted la palabra "valor" le remite al chocolate, al IVA y a la bolsa. Eso demuestra su poco juicio, su rencor, su pobre defensa como abogado del diablo.

Abogado del diablo