CAMP SALAMANCA. Colaboración Rubén Martín Anaya
El pasado viernes tuve la oportunidad de pasar una mañana con las personas del CAMP.
En este centro residen personas mayores con discapacidad intelectual y física.
Pese a su discapacidad nos mostraron su alegría, su felicidad, sus ganas e ilusión por aprender y seguir adelante.
En primer lugar nos presentamos Eugenio, Reyes y yo, les contamos lo que hacemos en la asociación de Aviva.
A continuación compartí con ellos mi experiencia en la vida, y pudieron comprobar que aunque se tenga una discapacidad,en mi caso discapacidad visual y física, con mucho esfuerzo, mucho tiempo de dedicación, algunos apoyos y adaptaciones se pueden llegar a conseguir muchas cosas.
Después de compartir con ellos muchas experiencias que he tenido en distintas facetas de mi vida. Pasamos a participar con ellos en algunos juegos adaptándolos para que ellos también pudieran participar, ytambién pudimos practicar algunos deportes paralímpicos como el goalball y la boccia.
Pasamos una mañana muy divertida.
Rubén Martín Anaya
La vida es una gota de agua que explota en todas direcciones, en ocasiones, la mayoría de las veces, nuestras vidas son más o menos normales, con momentos de felicidad y de tristeza siguiendo un rumbo determinado.
En otras ocasiones nuestras vidas precisan de los demás, y aquí se encuentran algunos amigos y sobre todo la familia, cuando flojean las fuerzas porque se ha vivido mucho, como dice Antonio Romo, los hijos y hermanos necesitan de un lugar digno donde vivir y seguir creciendo como seres humanos, ya no es el hogar de siempre, ahora es la casa de todos, el CAMP de Salamanca da sombra a cerca de 80 personas adultas, vamos ya mayores, como Juana de 84 años, o María, o Luisa, o Nico, o... unos nombres, unos rostros que trasmiten lo que son y lo que sienten con sonrisas diversas, es curioso que hayamos visitado el centro dentro de un programa escolar, es la paradoja de la vida, mira tú quién tiene ganas de aprender, quién más nos puede enseñar.
Un inmenso abrazo queridos amigos del CAMP de Salamanca, esperamos que leáis estas letras que intentan desprender cariño, el que recibimos nosotros entre vuestros regalos. Nos vemos pronto.
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