El profesor de la Facultad de Comunicación de la UPSA autoedita un ebook en el que plasma su pasión por el séptimo arte
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Miguel Ángel "Michi" Huerta autor del libro Libro de Cine para regalar, un e-book autoeditado disponible en Amazon, en Google Play o en iTunes, es profesor encargado de cátedra de la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca e Investigador Principal del Proyecto I+D+i Ideología, valores y creencias en el "cine de barrio" del tardofranquismo (1966-1975). Entre su obra escrita destacan Los géneros cinematográficos. Usos en el cine español 1994-1999. Celuloide en llamas. El cine estadounidense tras el 11-S y Paul Schrader. Al tratarse de un libro digital tiene un gran feedback con los lectores a través de la página en Facebook del libro, su perfil en Twitter, o en el perfil del propio autor.
Tu libro Libro de Cine para regalar, es un e-book autoeditado. ¿Qué tal es la experiencia?
Apasionante y agotadora. Gozas de una independencia total pero guerreas en soledad. Y te toca jugar en todos los puestos, desde que escribes la primera línea hasta que mandas un ejemplar de cortesía a alguien que pueda darle visibilidad a la obra. Por otro lado, la aventura tiene para mí el gozo curioso de lo desconocido, algo que no puedo evitar pero que generalmente me deja al borde del desfallecimiento.
¿Cómo ves el mercado digital de la edición? Es un poco paradójico que autodenominándote neoludista como dices en el libro, publiques de manera digital ¿no crees?
(Risas) Soy una paradoja con piernas aunque eso que citas no es del todo así. Me puse el cartel de neoludista al cuello junto a mi amigo Javi cuando estudiábamos en la Facultad de Comunicación de la UPSA en los noventa. Se trataba de una pose, claro. Y ahora traiciono a mi propia caricatura y salgo exclusivamente en formato electrónico con este libro. Por cierto, el mercado digital de la edición lo veo con el vértigo de quien acaba de adentrarse en un universo misterioso. O, dicho de otro modo, no tengo ni idea, al menos de momento.
Tus primeros pasos para convertirte en cinéfilo empezaron con el Cinexin podría decirse. Ahora todo es más fácil con Internet y las nuevas tecnologías. Un niño de 9 años puede acceder a cualquier película con rozar con un dedo la pantalla de un Smartphone o una Tablet ¿Es una ventaja o una desventaja?
En principio es una ventaja, aunque sospecho que la relación con los contenidos es ahora menos intensa emocionalmente. Cuando yo tenía esa edad veía las películas del Oeste durante la sobremesa junto a mi abuelo, mis tíos y mis primos. No había otra cosa en la tele, cuyas emisiones se convertían a menudo en un ritual. Cuando acababa los más pequeños jugábamos a imitar a los personajes porque lo que veíamos se convertía de inmediato en parte de nosotros. No sé si eso sucede ahora: la abundancia y el acceso inmediato a todo también puede devaluar la relación de los chavales con las imágenes? vamos, que con mis cuarenta años ya he conseguido hablar como un "carca".
Viviste en primera mano la llegada del video al hogar doméstico, la proliferación de los videoclubs, una de las grandes crisis del cine. ¿Crees que la nueva crisis es producida por la televisión e Internet?
No creo que la televisión haya sido nunca un factor real para "la crisis del cine". La revolución digital, sin embargo, lo está cambiando todo en general y de forma muy especial la manera de consumir relatos audiovisuales. De todos modos, "crisis" es una palabra muy grande y el cine algo demasiado complejo como para resolverlo en una entrevista. Y mi libro no va tanto por ahí: simplemente relata una experiencia, la mía, que creo se parece bastante a la de toda una generación.
En tu libro hablas de que Los Soprano fueron una bomba que declino la balanza audiovisual hacia la televisión, convirtiéndose la gran pantalla en una cueva abandonada. ¿Consideras que Breaking Bad es otro latigazo al Cine, creando más serieadictos, para la crisis cinematografia?
No creo que Los Soprano o Breaking Bad sean ejemplos de una batalla ganada de la televisión frente al cine. De hecho, no se ha dado esa pugna. En gran medida la industria cinematográfica de consumo dimitió de su responsabilidad de entretener con productos ingeniosos, elaborados y originales, mientras que la ficción televisiva apostó por el talento. Por eso tantos cinéfilos de viejo cuño nos hemos refugiado en la "caja tonta", que al final se está comportando como la más lista de la clase.
¿Qué hubieras dicho si tuvieras que haber escrito el obituario de James Gandolfini?
Lo ignoro. Algo sobre fundidos en negro y comidas opíparas, seguramente. Lo que sí sé es que, como en casi todos los obituarios que me ha encargado el diario El Mundo, habría tenido que escribir 1.000 palabras en un par de horas. Y habría disfrutado muchísimo de esa presión, aunque los lectores habrían salido perdiendo porque el obituario de Eduardo Suárez, el corresponsal del periódico en Nueva York, fue una pieza excelente. Él protagoniza parte del capítulo en el que explico cómo se elaboran esas piezas funerarias llamadas "obituarios". Y es uno de mis favoritos.
¿En tus maratones de verano de cine llegaste a pensar alguna vez que acabarías dando clases sobre el séptimo arte?
Me encerré todo un verano y me obligué a ver tres o cuatro películas cada día como una especie de mandato monacal. Lo hice por una mezcla de placer y disciplina, aunque también con la vista puesta en una posible tesis doctoral. Lo de la docencia vino después para convertir mi vida profesional en un privilegio por el que doy las gracias cada día.
"Cacereño, madridista y fordiano" es una manera de presentarse muy directa y sincera. ¿Los nuevos alumnos cómo reaccionan ante semejante presentación? ¿Localizas a los culés en el aula?
Se ríen, claro. Unos de forma entregada y otros con un gesto incómodo. Es fácil adivinar a quien le hace una gracia relativa esa presentación porque odia equivocadamente al Madrid. Pero no me importa, claro. Mi forma de retratarme pretende que la relación sea directa y franca desde el principio. Y que tenga humor, un bien absolutamente necesario en mi forma de entender la docencia? y la vida.
Con el Máster de guion de ficción en cine y televisión tienes la oportunidad de conocer a personalidades del sector. ¿Esta experiencia cómo la vives?
Como un privilegiado. Pregunto, aprendo, me río, comparto un café y voy haciéndome amigo de gente como Rodrigo Cortés o Enrique Urbizu, que es gente a la que admiro y cuya sabiduría intento vampirizar. Los guionistas y directores a los que recibimos en el Máster nos ayudan a entender el sector profesional desde dentro, lo que mejora muchísimo nuestra perspectiva, que es sobre todo académica.
¿Cómo describirías Libro de Cine para regalar?
Un libro bueno, bonito y barato? Y añadiría un "¡me lo quitan de las manos!". Quien quiera risas, nostalgia y un protagonista con una inclinación tierna a hacer el ridículo puede pinchar aquí, aquí o aquí y echarle un vistazo. Y si no le gusta, interesa o ayuda a dormir le invito a un café. Prometido.