Las Conversaciones en La Colada concluyen analizando el papel de la Iglesia

En la tarde del viernes llegó a su final la edición 2014 de las Conversaciones en La Colada organizadas por Cáritas Diocesana. La última sesión estuvo centrada principalmente en el papel de la Iglesia, pero previamente a ello el economista José Luis Calvo Fernández habló sobre las 'Mentiras y verdades de la política económica que dirige nuestras vidas'.

Tras manifestar que la crisis ha demostrado "que las reglas han cambiado", José Luis Calvo hizo un repaso a la historia de la economía, apuntando que hay varias mentiras. Así, el ponente considera que la economía no es un tren, que el capitalismo no es el único sistema viable, y que el mercado no asigna eficientemente los recursos y que el sector privado no gestiona mejor que el sector público.

Posteriormente, habló sobre las "mentiras del caso español", cómo por ejemplo, el rescate bancario, que ha costado "219.397 millones de euros a junio de 2013". Según apuntó, "nos hemos gastado un auténtico dineral en salvar a la banca y nadie explica si era necesario". Lo más sensato desde su punto de vista hubiera sido "montar un banco público".

Otro aspecto que destacó es que se han ajustado los presupuestos en educación, sanidad pública e innovación, "en lo que genera capital humano", olvidando que "la corrupción nos cuesta 40.000 millones de euros". La última mentira es que "hemos salido de la crisis: dicen que lo peor ha pasado, ¿para quién?".

La sesión de las Conversaciones en La Colada continuó con una mesa redonda titulada El papel social de la Iglesia de Ciudad Rodrigo en estos tiempos. Esta mesa la abrió el delegado diocesano de Cáritas, Rafael Caño, quién dijo que la Iglesia "es samaritana, en el sentido amplio y adaptado a los tiempos y al lugar", pero que a la vez "la Iglesia tiene el derecho, no sólo la obligación de luchar por un mundo justo".

A continuación, hizo un repaso por todas las actividades que hace la Iglesia de Ciudad Rodrigo para colaborar con la acción social, desde instituciones como las Misioneras-Teresianas o el Seminario, o con la cesión de espacios para la Fundación Ciudad Rodrigo. La Diócesis está abierta, según su explicación, "a ideas y a emprendedores". Asimismo, resaltó que la mayoría de los sacerdotes viven y duermen en el pueblo donde están destinados.

Tras Rafa Caño, tomaron la palabra tres laicos. El primero fue Javier Ramos, quién manifestó que a los cristianos "nos caracteriza la ayuda mutua, es la única salida: vendar las heridas y montar la cabalgadura". Según apuntó, las grandes revoluciones han comenzado por cosas muy pequeñas y tenemos que empezar por nosotros mismos, siendo fundamental "la solidaridad".

La siguiente en intervenir fue Rosa Sánchez, para quién toca "un ejercicio de coherencia: no te vale sólo el bautismo si no lo acompañas de algo más". Desde su punto de vista, la Iglesia debe "crear conciencia, es lo más urgente", centrándose en los más jóvenes: "es necesaria una educación en valores, con esfuerzo es posible y los resultados son claros". Para Rosa Sánchez, "la Iglesia tiene que estar al lado de la gente seria y que se compromete; compromiso individual acompañado de esfuerzo".

El turno de los laicos lo cerró Alberto Dávila, quién habló de la identidad del cristiano. Para este ponente, los laicos "tenemos mucho que aportar, cada uno tendrá que hacer una revisión de lo que puede hacer". Asimismo, reivindicó una proyección de los cristianos hacia el exterior, en su caso, intenta mostrar "el ser cristiano con naturalidad, donde toque". Por último, cree que hay que abrirse a los jóvenes, "aceptando que hay otros puntos de vista, que pueden enriquecernos".

La sesión y las Conversaciones fueron clausuradas por el Obispo de la Diócesis, Raúl Berzosa, quién apuntó que la Iglesia está formada "por cristianos con diferentes vocaciones". Para Berzosa, "debemos hacer visibles a los invisibles y no sobrantes a los que están excluidos". Como cierre, dijo que espera que continúe el "buen rollo, porque podemos hacer no sólo otro mundo sino de este mundo rural otro y con mucho futuro", calificando las Conversaciones como un "foro para tejer una sociedad de diálogo, encuentro y transformación".

Ésta es la intervención final del Obispo: