A qué obedece nuestro estado de humor y nuestro trato a los que tenemos al lado es todo un misterio para nosotros mismos. No siempre hay una relación causa efecto, por eso no es necesario encontrar las causas para resolver un problema. Las personas somos conducta, pero también somos conocimiento y afecto.
Parece que cada uno hace lo que puede con su vida, el problema está en las relaciones cuando nos hacemos daño o generamos sufrimiento. Me contaba una mujer que no podía más, que estaba en casa todo el día y que llegaba su marido, cenaba se iba al bar y venía borracho. Me contaba el marido, no aguanto más, estoy todo el día trabajando con un montón de presiones y provocaciones y llego a casa y malas caras, quejas y nada de cariño, por evitar conflicto me bajo al bar y bebo para soportarlo.
La cuestión no es buscar culpables sino ver que esto es un sistema de corresponsabilidad donde cada uno se tiene que plantear qué puede hacer él independientemente de lo que haga el otro, si no el círculo es más difícil de romper, es importante no juzgar.
Para construir una historia que mejore nuestras relaciones debemos alejarnos de los prejuicios y de las palabras absolutas para evitar perder margen de maniobra, la realidad no existe en las relaciones, y tampoco las etiquetas sociales, sirve lo que construimos estando juntos mientras afrontamos la vida.
Una vez un chico estaba muy enfadado y tenía conductas delictivas, me contó que su madre era una puta porque había muerto a su lado con una sobredosis de heroína. Estudiamos lo que le pasaba a otros adictos y cómo se comportaban. Él aprendió sobre esa enfermedad y descubrió que su madre era una heroína porque a pesar de estar tan enferma no lo abandonó y murió a su lado.
Deconstruir, redefinir y externalizar para luchar contra los problemas de la droga, violencia, etc. No contra las personas que están dominadas por ellos.
Usemos el lenguaje presuposicional para buscar lo positivo de las personas y de las relaciones. Preguntémonos qué cosas son las mejores y las menos malas, seamos sensibles para ver el lado positivo de nosotros mismos y de los demás y ofrezcamos la posibilidad de ampliarlo.
Hagámonos la pregunta milagro en la que reconocemos la parte de nuestros sueños que se están cumpliendo y lo que nosotros estamos haciendo día a día para conseguirlo.