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El coraje de Clara Campoamor
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El coraje de Clara Campoamor

Actualizado 19/02/2014
María García

"Tenéis el derecho que os ha dado la ley, la ley que hicisteis vosotros, pero no tenéis el Derecho Natural, el Derecho fundamental que se basa en el respeto de todo ser humano, y lo que hacéis es detentar un poder; dejad que la mujer se manifieste y veréis como ese poder no podéis seguir detentándolo" (Discurso ante las Cortes Generales 1 de octubre de 1931 de Clara Campoamor)

El 12 de febrero se conmemoró el 126 aniversario del nacimiento de Clara Campoamor. Nació en Madrid en 1.888. Hija de un contable y una modista, perteneció a una familia sencilla y humilde. A la muerte de su padre deja la escuela para ayudar a su familia y después de años de luchas vuelve a retomar los estudios, con 32 años empieza el bachillerato para continuar con la carrera de Derecho que termina a los 36 años. De pensamiento liberal, republicana y figura emblemática para el feminismo, defendió la igualdad y los derechos de la mujer, el voto femenino, promovió la primera ley del divorcio y la igualdad legal de los hijos nacidos fuera y dentro del matrimonio,

Abogada y diputada por Madrid en las primeras Cortes de la Segunda República, junto con Victoria Kent, fueron las primeras mujeres en obtener un escaño en el parlamento. Participó en la comisión parlamentaria que elaboró la Constitución de 1931 donde no consiguió introducir el sufragio femenino pero lo gano peleando eficazmente en el parlamento.

Es de justicia recordar la fuerza y coraje de esta mujer que luchó contra todos los elementos, partidos de izquierda y derecha, incluso con otras mujeres como la diputada Victoria Kent que se opuso al derecho electoral de las mujeres, por considerar, que éstas, influenciadas por la Iglesia, no votarían la República. Clara Campoamor proclamaba el voto femenino, independientemente de que guste su orientación o no. Mantuvo en todo momento el principio de igualdad y llevó el peso de los debates casi en solitario, con la oposición de su propio partido. Sufrió decepciones y traiciones, pero superó toda clase de obstáculos hasta conseguir su objetivo, que el voto femenino fuera una realidad, como así ocurrió por primera vez en las elecciones de 1933. Convenció con su brillante dialéctica y debatió con fuerza y argumentos.

Decía:"Defendí en Cortes Constituyentes los derechos femeninos. Deber indeclinable de mujer que no puede traicionar a su sexo, si, como yo, se juzga capaz de actuación, a virtud de un sentimiento sencillo y de una idea clara que rechazan por igual: la hipótesis de construir un ente excepcional, fenomenal; merecedor, por excepción entre las otras, de inmiscuirse en funciones privativas del varón, y el salvoconducto de la hetaira griega, a quien se perdonara cultura e intervención a cambio de mezclar el comercio del sexo por el espíritu".

Clara Campoamor representa la superación personal, la lucha por la coherencia, valores y principios éticos, tan poco comunes en la actualidad. Se negó a colaborar con la dictadura y renunció a cargos que le proponía el dictador Primo de Rivera, y cuando la Academia de Jurisprudencia la otorga la Cruz de Alfonso XII, también la rechazó como gesto republicano. En 1930, un periódico le pregunta sobre sus ideas políticas y contesta "República, república siempre, la forma de Gobierno más conforme con la evolución natural de los pueblos"

Clara Campoamor no fue solo la lucha por el sufragio universal, que ya es bastante, tuvo una intensa actividad literaria y entre sus obras destacan: "El derecho de la mujer en España", "La situación jurídica de la mujer española", "Mi pecado mortal", "El voto femenino y yo" y la revolución española vista por una republicana" entre muchas. El mejor homenaje es leer sus libros y adentrarse en su trayectoria.

Hoy cuando las mujeres de este país ejercemos nuestro derecho al voto como la cosa más natural del mundo, solo queda agradecer y recordar su lucha y coraje. Se hace necesario, más que nunca, resaltar la figura de Clara Campoamor, como ejemplo a seguir en una sociedad donde impera la falta de honradez y ética pública, y donde la ausencia de integridad y moralidad es la norma de algunos políticos y representantes institucionales de este país.

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