Jueves, 02 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Los españoles y la corrupción (I)
X

Los españoles y la corrupción (I)

Actualizado 17/02/2014
Miguel Ángel Perfecto

La corrupción, la compra de favores a políticos, la estafa a la Hacienda pública, no pagar el IVA, el engaño en el peso o en el precio de los productos etc son uno de los grandes problemas de nuestro país, hasta el punto de que una encuesta reciente de la Comisión europea ha señalado que el 95% de los españoles consideran que nuestro país es muy corrupto.

La percepción que los ciudadanos tienen de la corrupción política no se corresponde, sin embargo, con la realidad. En la campaña por desacreditar el sistema representativo muchas personas, incluyendo periodistas influyentes, hacen afirmaciones sobre la corrupción comparando a España, un país europeo, con los países africanos.

Quizá sea necesario aclarar las cosas para que la imagen que tienen muchos españoles del sistema político que nos dimos libremente en 1977 no destruya la imperfecta democracia española, en favor de no se sabe qué alternativas populistas o antidemocráticas.

En España cuando hablamos de corrupción siempre señalamos a los políticos como los responsables de ella, sin embargo, existe la corrupción no sólo porque alguien se deja corromper, sino porque alguien corrompe y compra voluntades. Tan culpable es quien se deja comprar, como el que compra, y de esto último se habla mucho menos.

Una de las causas del crecimiento de la corrupción política en este país ha sido la legislación del suelo que permitió a partir de comienzos de este siglo, en el mandato de D. José Maria Aznar, construir en cualquier parte y de cualquier manera.

Al hilo de esa legislación se desató una oleada de especulación urbanística que presionó de manera considerable sobre los pequeños ayuntamientos de la costa, primero y en los alrededores de las capitales más tarde para que se construyeran urbanizaciones por todas partes.

Esta especulación fue bien vista entonces por la mayoría de los ciudadanos que apenas protestaron por las tropelías que se cometieron. La razón era los cientos de miles de puestos de trabajo creados, y la posibilidad de recibir las migajas de una operación de especulación escandalosa que ha destruido una parte de la costa española y también del interior.

Pero la fiesta del dinero y del enriquecimiento tapaba todas las bocas.

Mucha gente recurría a los bancos para comprar a crédito una vivienda o un solar con la esperanza de vender de nuevo, a veces sobre plano, con un beneficio extraordinario del doble o el triple de la inversión inicial. Se compraba para especular, pero muy poca gente protestaba entonces. Todos estábamos subidos al carro del dinero, los constructores, los ayuntamientos y diputaciones, las Comunidades autónomas, los bancos, los trabajadores de la construcción, y los ciudadanos que compraban para revender. Vivíamos un capitalismo de Casino.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...