En estas fechas tan entrañables la gente ablanda su corazón, saca su mejor cara y, cómo no, su mejor voz y talento musical para poder entonar esos graciosos villancicos. Es lícito pensar que la Navidad se celebra de la misma forma en todos los lugares del mundo, pero, lejos de la realidad, cada cultura tiene sus tradiciones y canciones navideñas. Todo viene marcado por la cultura tradicional de cada región y la religión ligada a ella. Por eso vamos a conocer un poco más la música navideña de nuestro país y su evolución a través del Atlántico. Originariamente conocemos como villancico a esa forma poético-musical que se desarrolló en la Península Ibérica a mediados del S. XV y cuya estructura se divide en varias coplas intercaladas por un estribillo. Surge como contraposición a la forma culta de la canción. El término se empleaba para definir las canciones de villano o gentes de las villas en las diferentes épocas del año. Es en el S. XVII cuando, por causas religiosas y de conquista territorial, los villancicos comienzan a formar parte de la liturgia en festividades importantes. Esto provocó un aumento en el número de fieles, ya que era un género bastante demandado por el pueblo. Llega también a Latinoamérica por un afán evangelizador y en el S. XVIII comienza a decaer al prohibirse su uso en las celebraciones religiosas. Con la colonización se introducen en Puerto Rico los ciclos de villancicos de aguinaldos de la época navideña, géneros que comienzan a transformarse en dos categorías musicales: cantos jibaros puertorriqueños (aguinaldos jibaros) y el villancico, que mantienen su nombre original pero asociado a la canción navideña parecida al concepto de Christmas Carol americano o europeo. Los aguinaldos jibaros se transforman en géneros musicales criollos, incorporando ritmos negros, de clave y ritmos indoamericanos, además de instrumentos autóctonos. En la época navideña este género tiene una función social específica, que es llevar la música en parranda y trullas a familiares y amigos, pidiendo protección divina por medio de promesas navideñas que se ofrecen a los Reyes, la Virgen o al Niño. Los villancicos, por su parte, son géneros asociados a instituciones escolares o religiosas. Muchos siguen manteniendo las características rítmicas europeas. En Colombia, Venezuela y en el resto de Sudamérica, la música navideña tiene también ese origen de música campesina, pero se fusiona con ritmos como "la cumbia" y el "porro". En otros sitios no ha quedado rastro del villancico, como ocurre en Cartagena de Indias. Actualmente, el villancico como canción de temática navideña no tiene nada que ver con el género musical desarrollado en España y Latinoamérica en aquellos años. Por este motivo, no tiene razón de ser, intentar enlazar el villancico actual y lo que los musicólogos catalogamos como villancico. Desde este balcón, que es el Mirador Musical, os deseo unas felices fiestas y un próspero 2014.
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