‘Las troyanas’ de Séneca recuperan la tragedia griega

Las luces se apagan, y se hace el más absoluto de los silencios. Apenas se percibe la respiración de las personas que abarrotan el Juan del Enzina. De repente, unas manos comienzan a aplaudir en el fondo de la sala, y todos los presenten las siguen en una gran ovación. Las luces se encienden, y los actores vuelven a escena, para recibir los aplausos que se han ganado a pulso.

Una hora y media antes, esos mismos actores, tras una intensa tarde de ensayos, de lenguas trabadas, de frases que se olvidan con los nervios, se preparan, se abstraen del mundo en el camerino. Peinados, maquillajes, ropas, retoques de última hora, último repaso al papel. Hablan en voz de baja, van de un lado a otro de la sala, mientras, por una pequeña pantalla, ven como el teatro, poco a poco, se va llenando.

Incertidumbre y nervios ante el cambio de tercio. El Grupo de Teatro "Caterva", de la Facultad de Filología, llevas dos años interpretando en el Juan del Enzina obras con un tono cómico. Este año tocaba cambio radical, este año tocaba la tragedia griega. "Las troyanas", de Séneca, una compleja obra a la que estos valientes aficionados al teatro han hecho frente.

Y se comieron el escenario. Y es en este punto cuando volvemos a los aplausos. Ovación cerrada para la gran interpretación. Una hora y media de tensión, de empaparse de teatro, del clásico teatro clásico. Entre los aplausos, cae alguna lágrima. No hay mejor teatro que aquel que llega al alma desde el alma.

Alex López