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Juan Luis Fraile y María Cascón: pasión por el toro
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ENTREVISTA EN LA FINCA 'COJOS DE ROBLIZA'

Juan Luis Fraile y María Cascón: pasión por el toro

Actualizado 10/03/2020

El ganadero Juan Luis Fraile lidera junto con su hermana Carolina ambos hierros. Se considera torista "sin matices" y defiende la "diversidad de encastes para mantener la riqueza de la Fiesta"

Mientras el otoño ultima los días, los 'gracilianos' de la ganadería de Juan Luis Fraile y los 'atanasios' de la ganadería de María Cascón conviven en la finca 'Cojos de Robliza', en el término municipal salmantino de Robliza de Cojos. Allí todo es paz. Estampas imponentes. Bienestar animal.

Nos recibe Juan Luis Fraile, quién lidera en la actualidad ambos hierros junto con su hermana Carolina. Sus orígenes se remontan al año 1973 cuando su padre compró la ganadería, quién falleció en 1999.

La temporada está a la vuelta de la esquina. Un nuevo examen cada día. El primer compromiso será en Las Ventas el próximo domingo 29 de este mes recién estrenado. La novillada será lidiada por Máxime Solera, Carlos Olsina y cerrará el cartel el ganador del Zapato de Oro 2019, Francisco Montero.

Juan Luis Fraile es optimista. Confía en que salgan las cosas y que esa tarde sea el punto de partida de una temporada que se presenta "ilusionante". Para estas ganaderías, cada día es un volver a empezar. Y así lo asumen.

Ya está la temporada 2020 ahí. ¿Cómo la afrontan?

Por el momento tranquilos, aunque la fecha del 29 de marzo ya no deja de rondar en la cabeza. Estamos ilusionados con este año porque creo que la ganadería está pasando por un momento bueno después de años complicados en los que nos ha tocado empezar de 0. Desde el año 1999 hasta 2015 nos mataron muchas vacas por problemas con el saneamiento? y nos tocó empezar. Este tema ya lo tenemos encauzado y estamos seleccionando a nuestro gusto. Creo que tenemos motivos para estar ilusionados por tenemos una ganadería muy brava, un toro muy vivo en la plaza y muy del gusto de los aficionados, más aún de los aficionados de Madrid.

Madrid siempre espera a este tipo de ganaderías?

A nosotros al menos sí, siempre nos demuestran el cariño. Además de esta novillada tenemos una corrida firmada para Las Ventas, no sabemos cuándo se va a lidiar, si será en San Isidro o fuera pero vuelven a apostar por nuestra casa y nuestra obsesión es no defraudar a nadie. Yo tengo fe. Los deberes están hechos y confiamos en que la suerte también nos acompañe y a los animales les den por embestir. Hace dos años echamos una muy buena novillada y se convirtió en una de las más importantes de la temporada, y no lo digo yo, así nos lo reconocieron.

Si hablamos de Juan Luis Fraile, la memoria de los buenos aficionados se remonta al 1991. Una tarde ensueño para esta ganadería en Madrid. ¿Cómo lo recuerda?

Esa tarde será siempre la más emotiva que vivimos en esa plaza. Fue el año que murió mi padre. Esa corrida fue la mejor presentada y más completa del San Isidro ese año. Yo tengo mucha fe, y eso fue una tarde que vino desde arriba y fue el culmen, una corrida que hizo justicia al trabajo de mi padre de toda su vida, parece que Dios la puso en el camino. Fue sólo 15 días después de que nos despedimos de él, fue muy bonito. Además de esa tarde, es verdad que en Madrid hemos lidiado toros sueltos muy importantes: en 1985 nos dieron el premio al más bravo de la Feria, o la tarde en la que Manolo Vázquez se retiró con una corrida nuestra, o la que Curro Vázquez cortó una oreja a un toro muy bueno? son días que quedan para el recuerdo y que nos permiten seguir trabajando.

¿Merece la pena hoy ser ganadero con este tipo de encastes?

A nosotros no se nos pasa por la cabeza la opción de dejar la ganadería porque la tenemos con un patrimonio, una herencia de todos, es ya algo sentimental, pero la realidad es que esto es muy duro. Nos cuesta mucho dinero, nos da mucho trabajo y muchos sinsabores pero no podríamos vivir sin ello. Van en nuestro ADN y no podemos renunciar a ello.

¿Cuánto le debe esta ganadería a Francia?

El nombre que tenemos se lo debemos a ellos. La primera corrida que lidiamos allí fue cuando mi padre empezó a trabajar con Chopera y fue en Vic-Fezensac. A partir de ahí hemos ido prácticamente todos los años. En Bayona, por ejemplo, hemos lidiado 20 años seguidos. Para mí los franceses son un ejemplo de cómo hacer las cosas. Primero eligen la ganadería y luego ya buscan los toreros o novilleros. Lo más importante es siempre el toro, y ellos lo tienen claro.

Aquí en España es justo al revés, cierran los carteles por lo general y son los toreros los que eligen qué toros sí y qué toros no. Se están perdiendo la tradición de los encastes salvo en sitios puntuales. La mayoría de las Ferias importantes repiten cada año los mismos toreros y las mismas ganaderías. Ahora mismo va a la plaza la gente joven y solo oyen hablar de Domecq, eso es lo único que a muchos les suenan. Es muy triste que permitamos esto.

¿Es torista sin matices?

Sin duda lo soy. Insisto en que el toro para mí es lo más importante. Es fundamental para mantener el futuro de la Fiesta. Sin toro no hay Fiesta, e insisto en que todos los encastes son necesarios. Yo no tengo nada en contra del encaste Domecq, pero creo que está creando un toro al gusto de las figuras, y a veces esos embisten poco, o trasmiten poco. La gente arriba en los tendidos no aprecia la peligrosidad, al toro hay que darle casta, movilidad, que el de arriba vea que eso tiene peligro, y por supuesto, para nosotros es fundamental la suerte de varas.

A los toros hay que lucirlos en el caballo, no es de puro trámite, es esencial. Es una parte fundamental del espectáculo. En la suerte de varas exigimos mucho, es fundamental, es donde se ve la bravura. Nosotros a la hora de seleccionar en ese aspecto exigimos mucho. Es donde se ve la verdadera bravura. Si tú a las vacas les exiges en el caballo, en la plaza se nota y se ven los resultados.

¿Cómo define el comportamiento de sus toros?

Los toros de Juan Luis Fraile tienen mucha viveza, son toros muy encastados, se mueven mucho? en el campo tienen una mirada muy agresiva, negros y astifinos. Los de María Cascón no tienen nada que ver, son más nobles, en el campo más parados? pero siempre exigentes.

¿La tauromaquia tiene futuro?

Quiero ser positivo pero no es fácil. La política nos está haciendo mucho daño y desde dentro tampoco se están haciendo las cosas bien. Hay además muchas voces en contra, pero los aficionados a mí son los que me dan esperanza. No debemos dejar que esto acabe por culpa de aquellos que juzgan algo que ni siquiera conocen. A todos esos que juzgan la tauromaquia tendrían que venir aquí y ver como cuidamos al toro al milímetro. Ser ganadero es tener mucho romanticismo. Las críticas que recibimos son únicamente fruto de la incultura. Nosotros seguiremos peleando por lo que nos apasiona.

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