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Un centenar de personas se une en silencio para reivindicar un mundo sin pobreza
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CIUDAD RODRIGO , SOLIDARIDAD

Un centenar de personas se une en silencio para reivindicar un mundo sin pobreza

Actualizado 16/11/2018
David Rodríguez

El 'Círculo del Silencio' fue convocado por Cáritas Diocesana dentro de la II Jornada Mundial de los Pobres promovido por el Papa

El exterior de la Catedral de Santa María fue escenario en la mañana del viernes del denominado Círculo de Silencio convocado por Cáritas Diocesana de Ciudad Rodrigo en el marco de la II Jornada Mundial de los Pobres promovida en todo el mundo por el Papa Francisco con el lema Este pobre gritó y el Señor lo escuchó.

Al acto asistieron un centenar de personas (entre los que estuvieron alumnos del Seminario Diocesano y de Misioneras-Santa Teresa, de la acción formativa que tiene Cáritas, voluntarios de la entidad, varios sacerdotes, etc.), que en primer lugar guardaron alrededor de cinco minutos de silencio porque "no alcanzamos a entender cómo es posible que siga habiendo 750 millones de personas en extrema pobreza y pasen desapercibidas".

Posteriormente, la delegada diocesana de Cáritas, María Ollaquindía, dio lectura a un manifiesto en torno al significado de ese Círculo de Silencio, con el cual quieren "apelar a la conciencia y reflexión", ya que "el silencio es un lenguaje común, que denuncia la vulneración de los derechos humanos y que pretende ayudar a tomar conciencia de la injusticia que muchas personas sufren en el mundo".

En nombre de todos los presentes, María Ollaquindía resaltó que "queremos vivir en un mundo sin pobreza y desigualdad, donde los recursos económicos y sociales estén disponibles para toda la humanidad", todo ello "en un mundo habitable, para nosotros y para las generaciones futuras".

Asimismo, apuntó que desean que "todas las personas disfruten de sus derechos realizados y de bienestar social, sin que nadie se quede atrás, educando en valores de ciudadanía en sociedades democráticas, participativas, pacíficas y justas, donde se evite la exclusión, garantizando el acceso a los servicios básicos con potentes políticas sociales".

En el manifiesto también se recoge que "queremos que se escuche el grito del silencio, el grito atronador de quienes carecen de voz: los parados, los de empleo precario que no pueden atender las necesidades básicas de sus hijos e hijas, los abandonados en la cuneta por falta de oportunidades, los mayores que viven solos, aislados y abandonados, y una larga lista de situaciones que no deberían existir".

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