Viaje cultural de más de 80 alumnos, bajo la dirección del catedrático Valentín Cabero Diéguez
Un grupo de 82 alumnos de Programa Interuniversitario de la Experiencia de la USAL han participado en un viaje cultural por Castelo Mendo, Sabugal y Sortelha, en Portugal. Este es el relato que hace uno de ellos, Juan Martín.
VIAJE CULTURAL A CASTELO MENDO, SABUGAL Y SORTELHA DE LOS ALUMNOS DE PATRIMONIO DEL PROGRAMA INTERUNIVERSITARIO DE LA EXPERIENCIA (USAL)
A las ocho treinta de la mañana del pasado día 19, bajo la dirección del Catedrático D. Valentín Cabero Diéguez, decano en su momento de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Salamanca, ochenta y dos alumnos del Itinerario de Patrimonio del Programa Interuniversitario de la Experiencia de la USAL, partimos en autobús hacia Portugal para una actividad de campo que comprendía visitas de contenido cultural, patrimonial y paisajístico al otro lado de la Raya. En esta ocasión, fuimos acompañados por los compañeros de la Universidade Sénior de A Coruña que llegaron a Salamanca el pasado 16 dentro del Programa de intercambio Académico entre ambas instituciones.
La propuesta era ambiciosa, se pretendía conocer, desde el citado punto de vista , las localidades de Castelo Mendo, Sabugal y Sortelha, tan vinculadas al Reino de León durante la Reconquista y repobladas con gentes procedentes de Galicia, Asturias y León. El papel jugado por las mismas desde la independencia de Portugal con Alfonso Enríquez y las continuas disputas entre los reyes de Portugal y León en un primer momento y, una vez lograda la unidad de los reinos de León y Castilla por Fernando III el Santo, con la Corona de Castilla hasta la definitiva consolidación de la frontera con el tratado de Alcañices (1297) rubricado en la localidad que le da nombre entre los reyes de la época, D. Dinís I de Portugal y Fernando IV de Castilla (todavía niño bajo la regencia de su madre la Reina María de Molina que actuaba en su nombre).
La visita comenzó con una parada en la estación de ferrocarril de Vilar Formoso, puerta de entrada y salida de emigrantes y de perseguidos por motivos políticos, para acercarnos a través de los paneles de azulejos que decoran sus paredes a la historia, ciudades, monumentos y paisajes portugueses, entre otros: Almeida, plano de la red ferroviaria de la Beira, Universidad de Coimbra, Viseu, pastor en la sierra, Convento de Jesús de Setúbal, Fonte das Figueiras de Santarem, Torre de Belem, Catedral de Guarda, etc. El profesor Cabero explicó el significado y la simbología que representan algunos de estos paneles.
Antes de partir del lugar, hicimos una rápida visita al recientemente inaugurado por el Sr. Presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, "Museo Vilar Formoso Fronteira de Paz" instalado en las naves de la estación remodeladas con Fondos Europeos. Fue elegido este lugar por ser un espacio emblemático en lo referente al tránsito por Portugal de refugiados durante la Segunda Guerra Mundial.
Reemprendemos la marcha pasando por Castelo Bom, otro histórico pueblo; cruzamos el río Coa y llegamos a Castelo Medo. Aldea medieval, de escasa población, que ha mantenido su fisonomía urbana y arquitectónica hasta nuestros días. Nos detenernos en la Puerta de la Villa, conocida como "Porta dos Berroes" por los dos verracos vetones que la flanquean, donde recibimos la correspondiente charla sobre el pueblo vetón, poblador de estas tierras rayanas y de gran parte de la provincia salmantina. En un rápido recorrido, amenizado con explicaciones, callejeamos por rúas y plazas de la pequeña aldea; puntualmente nos detenemos, no para tomar aire y acometer la cuesta con el ritmo que imprime en su caminar nuestro maestro, sino para recibir la lección que corresponde a cada punto concreto. Nos detenemos en la plaza, junto a la iglesia de San Vicente, en el Pelourinho o picota símbolo jurídico y administrativo del siglo XVI de 7 metros de altura, junto al antiguo Domus Municipalis, Tribunal y Cárcel reconvertida en el "Museo de los Sentidos" de los siglos XVI y XVII construido sobre las murallas de la fortaleza; subimos hasta la solitaria iglesia de Nuestra Señora del Castillo (obra del siglo XIII, reformada en el XVI, de sólidas paredes pero carente de cubierta). Pasamos por la puerta del Castelinho, donde se conserva un aljibe y desde donde se divisan unas preciosas vistas del río Coa y de la sierras de la Malcata y de Gata.
Concluida la visita, continuamos la marcha con destino a la ciudad de Sabugal; donde, entre otras cosas, teníamos pensado hacer un alto para comer en una zona de merenderos a la orilla del río Coa. Sin embargo, antes de alimentar el cuerpo, debemos atender nuestras ansias de conocer y saber algo más del lugar, visitar su zona medieval y subir al castillo.
El castillo de Sabugal, conocido como el Castillo de Cinco Esquinas debido a la inusual forma de su torre del homenaje, está en muy buen estado de conservación. Es de altas murallas almenadas, con torres en tres de sus esquinas, y una cuarta en mitad de la cortina situada al sur. La entrada al castillo se encuentra protegida por la potente torre del homenaje de forma pentagonal con matacanes y por una barbacana.
Desde el lugar de aparcamiento de los autobuses, los más osados subieron una empinada escalera que lleva a una explanada frente al castillo. Pasamos al interior de la fortificación, donde recibimos la correspondiente explicación sobre el lugar, resaltando su importancia en las luchas fronterizas y en la consolidación del reino de Portugal. Quienes quisieron y se sentían con fuerzas subieron por las estrechas escaleras de piedra que dan acceso al adarve de la muralla, caminado por ella y llegando a lo más alto de la Torre del Homenaje, donde obtuvieron a correspondiente gratificación visual a su esfuerzo, ya que desde allí se domina toda la fortaleza, la ciudad, el valle y las serranías próximas.
La tarde la dedicamos a Sortelha (sortija), otra aldea medieval guardiana de la frontera, ubicada en un macizo granítico junto a la sierra de Opa. En un tiempo esta aldea permaneció completamente abandonada, pero gracias al proyecto de Aldeas Históricas (financiado con Fondos Europeos) las construcciones han sido rehabilitadas y algunas de sus viviendas se han convertido en alojamientos turísticos o negocios hosteleros, conservando su bellísimo trazado medieval. Entramos por la Puerta de la Villa y parece que nos transportemos a otra época; se trata de un lugar mágico, de cuento.
Nuestra primera parada es a la sombra de un viejo Celtis Australis (variedad de olmo) donde recibimos la primera explicación sobre el lugar y el árbol que nos cobija del sol. De su riquísimo patrimonio artístico habría que destacar el Castillo, fundado en el siglo XIII, en la pequeña plaza de armas encuentra el aljibe y una falsa puerta o portillo al valle; la Torre del Homenaje, sus murallas a las que se puede acceder y pasear por el adarve y asomarse al matacán que hay encima de la puerta de la fortaleza. Las murallas que circundan la población carecen de almenas; el Pelourinho o picota rematado con la esfera armilar símbolo real; la antigua Casa de la Cámara, la Casa del Gobernador, y otras construcciones de los periodos medieval y manuelinos; los Passos de la Vía Sacra (de estilo barroco) repartidos por distintas zonas; la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves; la Puerta Nueva, desde donde contemplamos la Sierra de la Estrella cubierta de nieve; el campanario; el antiguo hospital de la Misericordia, las ruinas de la iglesia de Santiago y sepulturas excavadas en la roca granítica. Junto a la Puerta Nueva se celebraba el antiguo mercado medieval y en un lateral al exterior tiene grabadas las antiguas medidas utilizadas en los mercados y ferias: el «codo» (66 cm) y la «vara» (110 cm). La Puerta Falsa, desde donde observamos unas espectaculares e inusuales rocas erosionadas por la lluvia y el viento bautizadas como Cabeza de la Vieja y Piedra del Beso.
Desde lo alto de la fortaleza o desde sus puertas Nueva y Falsa contemplamos bellísimas vistas del valle del río Zézere afluente del río Tajo, lugares donde se asientan históricas ciudades como Covilha y Belmonte, todo con el marco de fondo de la Sierra de la Estrella.
Concluida la visita, remprendemos el regreso a través de la carretera que enlaza con la autovía A-23, pasando por la localidad de Caria donde existe un dolmen en una rotonda que vemos desde el autobús. A las 20:15 horas llegamos felices y contentos por la maravillosa jornada vivida a Salamanca.
No quiero terminar este relato, sin destacar el enorme interés del profesor Cabero que, que sin tregua, fue capaz de gestionar y llevar a buen fin este viaje. Muchas gracias.