Como consecuencia de ello, todo un segmento de la demanda turística, cansada de los destinos clásicos o convencionales piden otro tipo de producto más activos y auténticos, o sirnplernente diferentes, no puede ser satisfecha en nuestro país. Así vemos como familias españolas tienen que orientarse hacia Irlanda Francia, Italia o Suiza, si por ejemplo quieren pasar vacaciones practicando la equitación o el cicloturismo.
En otros casos tiene que acudir a esa misma oferta extranjera para alquilar un "gite" francés, un "maso" italiano o un "Bavernhol' austriaco, en los que podrán pasar una semana en el campo o la montaña practicando todo tipo de actividades al aire libre que se organizan en las inmediaciones, o por ejemplo para poder disfrutar ele unas vacaciones fluviales en un barco de canal, hacer un cursillo de cerámica o de macramé en un bello pueblo en plena naturaleza, o realizar un descenso de exploración piragua por un Parque Nacional.
Imagen. Santiago Bayón Vera ©copyright Todos los derechos reservados, prohibida su reproducción sin autorización