Ella ha sido la encargada de la organización y desarrollo del operativo autonómico de Protección Civil, compuesto por más de 200 efectivos, y destinado a ofrecer ayuda a la población
Entre las muchas manos que durante estas semanas están ayudando a todos los afectados por la Dana en Valencia se encuentran las de la peñarandina Cristina Zaballos, quién ha viajado hasta la zona cero de la catástrofe, integrando el equipo que ha dirigido el dispositivo especial de la Junta de Castilla y León en Valencia, todo ello a través de la Agencia de Protección Civil y Emergencias.
Cristina, coordinadora del Puesto de Mando Avanzado de todo el operativo, recuerda como, desde que comenzara la catástrofe, “diariamente nos iban pidiendo actualizaciones sobre el personal disponible en los centros de emergencias de la comunidad hasta que, apenas unos días después, nos llamaron para trasladar todos los servicios profesionales disponibles de la comunidad hasta la zona afectada”. Con esta llamada se ponía en marcha una operación de ayuda que en muy poco tiempo estaba organizada, logrando desplazar desde Protección Civil CyL “más de 2.000 pares de botas, 500 escobones, 800 palas, kits de higiene personal, más todo tipo material de intervención en la zona, teniendo como primer destino Paioporta”.
Nada más llegar allí, nos pusimos en contacto con los Bomberos del Consorcio de Valencia, que son los que dirigen toda la acción en la emergencia. Era de madrugada cuando llegamos, por lo que en primer lugar quisimos recorrer Paiporta para hacer un reconocimiento de la zona” detalla Cristina, asegurando que ese recorrido por la localidad “fue algo impresionante, esta todo desolado… ver la situación de noche, sin nada de alumbrado público, dos puentes destruidos por el paso del agua, calles imposibles de transitar… era la imagen de la destrucción total”.
Tras ello, lograron dormir esa primera noche finalmente en un colegio lleno de efectivos de intervención, ya que se había establecido como punto de descanso para todos ellos, logrando conseguir un aula en la que pasar la primera velada en la zona.
El gran despliegue de Castilla y León, con Cristina a la cabeza en la coordinación, se iniciaba a la mañana siguiente, con la reunión mantenida con el puesto de mando principal, encuentro en el que finalmente les asignaban el área de trabajo de Aldaia, Picanya y Torrent, siendo en una zona industrial de allí donde finalmente pudieron desplegar el puesto de mando desde el que iniciar de manera coordinada todas las acciones junto a los más de 200 efectivos de Castilla y León y el gran despliegue de vehículos destinados hasta la zona.
“Las principales tareas que realizamos nada más llegar fueron el achique de agua, retirada de enseres o el centro comercial Bonaire, donde se encontraban numerosos efectivos, entre ellos varios de Salamanca. Era un gran operativo, ya que el volumen de agua que se acumulaba era muchísimo. Por suerte, una vez ya despejado, parece que la situación es mucho más favorable de lo que se pensaba. Había muy pocos vehículos para un parking que tenía capacidad para 5.000 plazas. Nos temíamos algo muy grande, pero finalmente no ha sido así por suerte” explica Cristina, quién además asegura que la zona asignada para su trabajo “no había sido una zona prioritaria en labores, ya que la zona más afectada era Paiporta, por lo que se habían destinado muchos más medios técnicos y vehículos para trabajar allí. Cuando nosotros llegamos a Aldaia, sí que se habían realizado trabajos, pero mucho menos que en las otras zonas más afectadas”.
Un operativo, inolvidable para Cristina, quién destaca la gran coordinación y trabajo desarrollado junto a otros cuerpos de ayuda como la UME, mientras que, al preguntarle por si cuenta con un balance de actuaciones, Cristina explica que “no podría decir un número de actuaciones, ya que se iban recibiendo avisos de lugares para achicar agua y eran los mismos vecinos quienes nos paraban para ver si podíamos acercarnos a su casa o algún punto de la calle o del barrio para trabajar allí”.
“Hay zonas que están muy mal…en los medios puedes ver una calle, pero cuando ves localidades como Paiporta, con cerca de 30.000 habitantes, y que todas las calles están igual, llenas de montañas de coches de dos y tres alturas…es impresionante recorrer la zona. Pero también puedo decir que no hay grandes polideportivos con vecinos que no tienen nada. Al final la gran mayoría de los ellos se han podido ubicar por suerte, los pabellones mayormente los estamos usando los equipos de actuación y emergencias” relata.
La peñarandina no esconde la impresión que le ha causado ver sobre el terreno la magnitud de la tragedia. “Personalmente me ha impactado mucho especialmente aquel recorrido nocturno por Paiporta, con calles sin luz, gente a la puerta de sus casas y junto a sus vehículos, portando carteles en los que podías leer ‘funciona, no retirar’… o ver a personas mayores custodiando garajes o las patrullas vecinales por las calles vigilando para evitar los saqueos…se notaba cierta sensación de inseguridad en general…se palpaba el miedo de los vecinos a que pudieran robarles” y añade que “emocionalmente es fuerte ya que ves gente que lo ha perdido absolutamente todo porque ha vendido una tromba de agua en la que nadie podía pensar que iban a caer más de 700 litros, algo extraordinario. El día a día, el contacto con los vecinos, el escuchar sus historias y el afán vecinal por ayudar a todos los equipos de trabajo, siempre pendientes de si algo nos hace falta…no me olvidaré de un momento en el que estaba tomando el aire en el operativo y se me acercó un hombre. Me preguntó si yo era la del camión que tenía al lado y al decirle que si me planto un beso y me dio las gracias. Eso no lo olvidaré”.
Hoy Cristina sigue en la coordinación de equipos de emergencias de Castilla y León, pero ya de vuelta y en la base de operaciones autonómica ubicada en Valladolid, pendiente de una posible vuelta a las zonas afectadas, mientras hace un especial llamamiento: “Ahora es importante que la población haga caso a los llamamientos de los encargados de organizar los dispositivos de trabajo y ayuda en las zonas afectadas, ya que ahora el trabajo profesional es muy importante. La voluntad de ayudar de los ciudadanos es espectacular y esto es una gran muestra, pero hay que dejar que desarrollen su labor la maquinaria pesada y todos los efectivos desplegados con total regularidad”.