Finaliza un triduo que comenzó el domingo con la bendición de las andas y la imposición de las medallas a los cofrades
La iglesia parroquial de San Pedro fue el punto de inicio y también final de la procesión de Santa Lucía.
Es el primer año en el que su imagen titular sale en procesión, acto muy esperado y que ha sido muy concurrido bajo un intenso frio. No faltaron los símbolos más atribuidos a Santa Lucía: los ojos en un plato, el libro de los Evangelios, antorchas y velas.
A la cita se unieron las cofradías del Cristo de la Salud, la de los jóvenes, la de San José, la del Niño Jesús de Praga, la de la Virgen del Carmen, la Asociación de la Medalla Milagrosa, la Hospitalidad de Lourdes de Salamanca, la Hermandad de Santa Teresa, la Hermandad del Via Crucis de Salamanca y los Amigos de la Capa de Alba de Tormes.
La Cofradía de la Vera Cruz colaboró también en la organización de los actos festivos y la procesión que recorrió las calles Pizarro, Plaza de Santa Teresa, Bajada a Santa Teresa, Plaza Mayor, Manterola, Bulevar, Hospital, Resbalón, Plaza de la Leña y Barco.
El origen moderno de la cofradía de Santa Lucía en Alba se remonta a los años 50 del siglo XX, momento en el que las modistas son las encargadas de realizar esta fiesta y de organizarse en cofradía.
Poco a poco, el grueso de la cofradía dejó de ser las modistas para ser formada por devotos de Santa Lucía. Hoy en día, la cofradía es una de las más activas de Alba y una de las que más esta creciendo, incluyendo gente joven.
Fotografías: Rubén Vicente