Las voces sociales piden la creación de un departamento municipal dedicado esta situación, que se vive estos días con los galgos abandonados en la ciudad y la comarca
Los últimos casos de aviso extremo sobre perros que llevan días deambulando por la ciudad y la comarca sin rumbo, con no pocos problemas y personas tratando de capturarlos para ofrecerles la ayuda necesaria, han abierto un debate social importante sobre la posible necesidad o no de que Peñaranda, como cabecera de comarca, siendo la población de mayor tamaño y a través de su departamento de Medio Ambiente, disponga de un servicio voluntario o de personal municipal, destinado a la recogida y cuidado de animales, algo que ya está activo en algunos municipios de la provincia.
Un debate, que ha llegado tras el seguimiento de lo que parecía un galgo abandonado, que deambulaba por Peñaranda y varios municipios de la comarca, algo que ahora parece más que posible que podría haberse convertido en dos canes diferentes, pero que mantienen sus avistamientos de manera diaria, realidad que llega de manera continua a este mismo medio de comunicación.
“Situaciones así las ponemos en conocimiento de los diferentes grupos locales en redes sociales para tratar de dar solución, pero cualquier animal abandonado o callejero es responsabilidad del Ayuntamiento del municipio para recogerlo por ley. Si hay algún problema con él, la responsabilidad es del mismo Ayuntamiento” aseguran algunos expertos en la materia, mientras que afirman rotundos que “en Peñaranda hay demasiado pasotismo en esto de recoger a los animales abandonados…y menos mal a la Policía Local que se encargan de realizar este servicio, pero no es la solución”.
Es por ello que se plantea la posibilidad de que sea el Consistorio peñarandino quien habilite “a una serie de personas que sean los encargados de hacerse cargo de esta sección, bien a través de voluntarios o contratados, pero lo lógico es que una ciudad como esta tenga un servicio de recogida y cuidado de animales abandonados así para evitar que sigamos viviendo casos como este”.
Sea como sea el debate está en la calle y hoy uno de estos galgos ya ha encontrado un hogar amigo, en el que ha recibido ayuda, comida y agua, algo desarrollado en un municipio de la comarca y gracias a la labor desinteresada de uno de sus vecinos, algo que, piden, no sea algo habitual, sino que “las administraciones actúen y puedan ponerse en marcha mecanismos de protección ante estos casos”.