Síntomas leves y pasajeros, que duran entre 24-48 horas y se pueden mitigar tomando paracetamol o ibuprofeno
Aunque los efectos secundarios de las vacunas son leves y pasajeros, lo cierto es que la tercera dosis está provocando que estos sean más comunes entre la población vacunada. De entrada, hay que decir que ni mucho menos esto resta eficacia y seguridad a las vacunas, ya que está constatado que esta dosis de refuerzo ayuda a seguir reduciendo la gravedad de la enfermedad y el riesgo de hospitalización.
Si eres de los que tras recibir esta tercera dosis has notado más malestar que con las anteriores -dícese, fatiga, fiebre, dolor en la zona del pinchazo o dolor de cabeza, entre los más comunes-, ante todo tranquilidad porque esto tiene una explicación. Y, además, estos síntomas pasan en 24-48 horas, pudiendo tomar ibuprofeno o paracetamol para llevarlos mejor.
Esto sucede, como han explicado los expertos, porque si tenemos la pauta completa de vacunación, e incluso en algunos casos hemos pasado la COVID-19 recientemente, tenemos el sistema inmune sobreestimulado. Este es, de hecho, el motivo por el que los expertos no están convencidos de que haya poner una cuarta dosis a la población en general. Dicho de otra manera, no conviene fatigar al sistema inmune.
Al recibir la dosis de refuerzo, el sistema inmunitario se reactiva de una manera más rápida, pero lógicamente seguimos teniendo inmunidad de las anteriores. Esto es lo que puede provocar una mayor reacción.
Sí necesitarán esta cuarta dosis las personas inmunodeprimidas o con patologías vulnerables.
Según el informe de farmacovigilancia de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), publicado a finales de diciembre, los efectos secundarios más comunes son dolor en la zona de vacunación y fiebre, de los trastornos del sistema nervioso y del sistema musculoesquelético.