El próximo lunes día 8 se cumplen 30 años del primer encuentro del hermanamiento entre La Alberca de Murcia y la Alberca de Salamanca.
Desde que las Alcaldías de ambos pueblos tomaron la decisión de este gran acto cultural, el de hermanarse, pues a su Alcalde Manuel López Moñino (alberqueño) como a mí Andrés Barés Calama (albercano) se nos han echado encima 30 años.
Bajamos dos autocares así como coches particulares a la Alberca Murciana el 8 de Octubre de 1988, donde nos recibieron con los brazos abiertos, y los alberqueños murcianos suben a La Alberca Salmantina el 25 de Mayo de 1989.
Desde entonces ha llovido mucho, ha habido un trasiego de subidas y bajadas en las que siempre los hemos recibido y nos han recibido con mucho cariño, luego a luego, yo les digo a mis hermanos alberqueños, que siempre los tendremos en nuestro corazón.
Recuerdo como si fuera hoy, el día que llegamos y le hicimos la ofrenda de flores a la Virgen del Rosario, y el día en que descubrí en el pico esquina de una calle, una placa que decía: "Calle de la Alberca de Salamanca", o la de "Jardín de la Alberca de Salamanca".
Ver al Grupo folklórico "El RENTO", bailando con esas hermosas canciones, con esos variados y ricos trajes de la huerta murciana, o escuchar cantar a los "AUROROS", imaginándome como deben sonar sus cánticos por las noches en mitad de la huerta, y sentir la emoción de Herminia, cuando le puse la banda de Reina de la Tercera Edad, tantos recuerdo y tantas emociones juntas.
Este hermanamiento ha formado parejas de ambos pueblos, que han tenido hijos y ahora no solo hay albercanos y alberqueños, sino que ahora también tenemos "albercareños".
Estos versos me recuerdan, en su casa de Patiño, al gran trovero el "Patiñero", que de pronto me mira y suelta el siguiente trovo:
Quiero terminar este relato con la emoción que me embarga hablando en el dialecto huertano, el "panocho", que Pedro Barba nos decía:
Quiero mandar desde esta emoción que me embarga, el mayor y más fuerte abrazo a todos los alberqueños, desde lo más profundo de mi corazón.