Llegó la primavera y con ella de nuevo Federico García Lorca se cuestiona desde su poema "Idilio" cuál es su secreto. Nosotros no lo sabemos, aunque sí que tenemos cada vez mas claro que si no cuidamos bien el mundo que nos rodea, la tierra que pisamos o las árboles que nos proporcionan el aire que respiramos, cada vez tendrá más secretos y más difíciles de desentrañar.
Lo que si podemos afirmar es que la primavera está llena de distintos colores y sonidos. Con ellos os invitamos hoy a disfrutar de una selección de libros ideales para compartir días bonitos en marzo, abril y ¿por qué no? El resto del año.
Los más pequeños de la casa descubren en El cerezo (Estrella Ortiz con ilustraciones de Carles Ballesteros/ Ed. La Fragatina) cómo el buen tiempo hace florecer los árboles y ningún animal del bosque quiere perdérselo. Es un libor, una canción y una preciosa visión de la primavera.
Los que quieren jugar pueden hacerlo con Big Yellow Sunflower (Frances Barry/ ed. Candlewick), un libro troquelado que esconde en su interior una enorme flor. Para descubrirla es necesario ir descubriendo la historia de cada pétalo y con ella entender el proceso por el que una semilla se convierte en una colorida flor.
Los lectores más curiosos disfrutarán con Mi árbol de los secretos (Olivier Ka con ilustraciones de Martin Perrin/ Ed. Kókinos), una historia en pop- up llena de sorpresas que permite al lector identificarse con el árbol al que le cuenta todo lo que le preocupa porque sabe que guardará bien sus secretos.
Y para los más mayores, la invitación es que descubran El sonido de los Colores (Jimmy Liao/ Ed. Bárbara Fiore). Con él entenderán que independientemente de los colores y los sonidos que nos rodean, es muy importante que nos paremos a escuchar a los que llevamos dentro.
Con esta selección nos despedimos y os invitamos a disfrutar de la primavera sin temor al viento, ni a la lluvia, ni a lo que venga. Ya lo dijo Federico García Lorca "¡Ay, no puedo decirte, aunque quisiera,/ el secreto de la primavera."
Feliz domingo, curiosos.
Rebeca Martín