Comienza la producción de esporas de los heléchos: los botones del envés de sus hojas se tornan de color pardo oscuro y con sólo tocarlos desprenden miles de posibles futuros descendientes. Máximo de duración del día y del calor, que obliga al comienzo de la estivación de varias especies, como tencas y barbos, ranas y tritones, salamandras y, en parte, nuestro lagarto ocelado, que rehuyen las altas temperaturas reduciendo al mínimo su actividad e incluso aletargándose como hace el lirón careto. Con todo, es este el momento en que ponen las tortugas moras y los galápagos leprosos. Se forman las grandes concentraciones de libélulas. La hierba de Santiago, obedeciendo a su nombre, se hace una llamarada precisamente hacia el 25 de julio.
Acapara la cigarra el oído. Y el contrapunto, si estamos en uno de nuestros mejores bosques, lo pone el corzo, que con sus "ladridos" cortos nos recuerda que ha comenzado su periodo de celo y sus apareamientos. Que los corcinos nazcan en la frontera de abril y mayo, es decir, casi nueve meses más tarde, se debe también a que los óvulos fecundados de estos cérvidos, corno los de varios mustélidos, no se fijan al útero y comienzan la gestación hasta finales de diciembre.