Encima de mi soledad tejen los pájaros su humilde nido para acompañarme. Dicen mi nombre en medio del silencio que nunca me abandona al estar solo. Cuelgan su trino encima de las ramas que me cimientan. Ellos me humanizan: sólo en los pájaros hallo ese misterio que da sentido a lo que aún no ha llegado y, sin embargo, ya conozco y sé. En medio del dolor, son la ternura, la luz, la fe, el sol, la santidad.