Hace pocos días el Papa Francisco a regalado al mundo su primera encíclica titulada "Laudato si" (alabado seas), dedicada íntegramente a la defensa del planeta como casa común del ser humano. No voy a ponerme a valorarla ni a opinar sobre ella porque no hace ninguna falta, lo bueno que tenemos con este Papa es que habla muy clarito, dice exactamente lo que quiere decir, y además lo dice en nuestro idioma, con acento, pero en nuestro idioma. Su Santidad, en un hecho sin precedente en la historia, habla de ecología integral, de los poderes fácticos que no dudan en destruir en planeta con tal de ganar dinero, y de que, como seres vivos que somos, la degradación de los ecosistemas afecta también a la población humana.
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y en un alarde de mezclar churras con merinas, el Cardenal arzobispo de Valencia Antonio Cañizares, se siente en la obligación de explicarnos la encíclica de su superior jerárquico, y la aprovecha para justificar sus ideas personales tales como que la ideología de género y el aborto "están causando estragos" en la sociedad o que todavía no ha visto "ningún ecologismo que hable de los pobres".
Por si alguien no lo ha pillado, cuando se refiere a ideologías de género se refiere al género femenino y lo que ello conlleva: que si las mueres piensan por su cuenta, que si quieren decidir sobre su vida y sexualidad, que si?lo de siempre: machismo puro y duro. En cuanto a que "no ha visto que ningún ecologismo hable de los pobres" demuestra que sabe de ecologismo lo mismo que yo de aeronáutica. Cuando Cañizares todavía estaba en el seminario, los primeros gritos de auxilio sobre la degradación del planeta ya venían vinculados al hecho de que esa degradación provocaría la desaparición de las tribus del Amazonas, y a que las comunidades agrícolas del tercer mundo deberían abandonar su medio de vida para convertirse en parias de las grandes ciudades. Si eso no es hablar de los pobres que venga Dios y lo vea.
Les aconsejo que lean la encíclica tal cual, ustedes son inteligentes no necesitan interpretaciones de alguien que quiere ser más papista que el Papa.