OPINIóN
Actualizado 02/06/2015
Isaura Díaz Figueiredo

La Celestina es el nombre de una obra literaria española que no siempre llevó este título, aunque por él sea conocida. Primero se le llamó La Comedia, luego la Tragicomedia de Calixto y Melibea, escrita entre 1499 o 1501.
Cuando se la conoce con el nombre de Comedia, consta  de 16 actos, escrita en versos acroticos, escritos para no ser representados, se comenta que el bachiller Fernando de Rojas la terminó. Del bachiller Fernando, sabemos que nació en Puebla de Montalbán,  y que la obra bajo su firma pasó  de 16 a 21 actos.
Está escrita en forma de  dialogo dramático. La acción transcurre en tiempo contemporáneo y en una ciudad incógnita, podemos situarla Salamanca, Toledo o Sevilla.
La trama nos presenta a un joven apuesto y gallardo, muy culto, llamado Calisto, enamorado de la joven Melibea, muchacha de su misma condición social. Ella le rechaza en cada encuentro social o festivo, y aquí es donde aparece La Celestina, Calisto aconsejado por su criado Sempronio va a ver a la vieja Celestina, Permeo otro criado, en principio más leal y fiel, le dice que no la visite, que la vieja desdentada tiene mala fama, y sus maldades pueden darle muchos quebraderos de cabeza.
 No escucha Calisto a Parmeno, y Celestina entra en casa de Calisto, tenía la vieja una hábil dialéctica y pronto capta las ansias  de Calisto por Melibea, gana el favor de Pármeno, recibiendo de Calixto un buen puñado de monedas de plata  por su  tercería, los criados y Celestina se aprovechan de la ingenuidad  y generosidad de Calisto. Celestina en la soledad de su cuarto conjura a Plutón (osea al diablo),  con un ovillo untado de ponzoñoso hechizo, el ovillo oculto en su delantal Celestina se dirige a casa de Melibea donde entra con el fin de venderle finos hilados. Al encontrarse a solas Melibea y Celestina, haciendo  todo lo posible porque sus amas se marchen, y ganar la confianza de  la dulce e ingenua Melibea. Le habla largo y tendido de las bondades de Calisto, pero la muchacha reacciona airada cuando lo nombra. Celestina deja a escondidas el ovillo hechizado bajo el lecho de Melibea. Al día siguiente es la doncella Melibea, quien manda llamar a Celestina, y le confiesa su repentina pasión por Calixto; concierta Celestina una cita para los dos enamorados esa misma noche. A anochecer acompañado por Sempronio y Pármeno, Calixto se encamina a casa de su amada, habla con ella tras la reja, deciden verse al día siguiente por la noche en el Huerto de Melibea.
Sempronio y Pármeno por la mañana se dirigen a casa de Celestina para repartirse las generosidades de Calixto, la vieja se niega a darles  la parte acordada, y Sempronio la mata. Huyen y son capturados por la justicia, siendo decapitados en la plaza del pueblo, entre el contento de los estafados por la vieja, y la pena de incautos. A  Calixto poco le importa la muerte de Celestina y de sus criados, el solo vive para su amada. Toma otros dos criados llamados Socia y  Tristán, con ellos se encamina hacia el huerto a las 12 de la noche, con una escalera de mano entra en el huerto y allí consuman su amor.
Alicia y  Areúsa lujuriosas pupilas de Celestina, y amantes de los criados, deciden los cuatro vengar la muerte de su ama en la persona de Calixto, contratando para ello al  rufián Centurio. Una noche cuando Calisto y Melibea ardían de pasión, sienten fuertes ruidos en la calle, por lo que sus criados hacen que se espantan, y marchan; ya en la calle se ponen a gritar, Calisto sale a ver que pasa pero en la oscuridad de la noche no acierta con los peldaños de la escalera y cae a la calle, rompiéndose la cabeza y muriendo. Los criados  se llevan el cuerpo.
 Melibea enloquece  ante tanta desgracia, la consuela su padre Pleberio, que ignora el amor entre los jóvenes.
 Melibea pide a su padre ser llevada a la  azotea de la casa. Se encierra y desde allí  cuenta a su padre el gran amor que sentía por Calisto y como se veían y gozaban dentro de la propia casa.
 Con mucha calma se pone Melibea un bello vestido blanco, igual que una novia, no escucha las suplicas de su padre y arrojándose desde lo alto  muere. Pleberio tiene que contar a su mujer la desgracia, Alisa, profiere un largo lamento que la mete en una locura y maldice el amor.
La Celestina es una obra realista, y desde la psicología podemos hacer un largo estudio, sumisión, dependencia, apariencias? etc Desde la niebla, quizá puedan vivir momentos de éxtasis, paz o locura, todo es posible en el Huerto de la joven Melibea.

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