Una de las grandes creaciones de Les Luthiers comenzaba con: "muchas veces mis alumnos me preguntan?". Los alumnos de Daniel Rabinovich eran mucho más exquisitos que los "preguntantes" que me abordan a mí en busca de respuestas.
A mí siempre me lanzan preguntas del tipo "oye, tú que eres física, por qué esto por qué sube en vez de bajar?" o "tú que estás metida en la música, este qué te parece como cantante?". Cuantos más frentes tengas abiertos, más te expones a que la gente te consulte como si fueras una wikipedia con gafas. Cuando llegan épocas eurovisivas, los españolitos de a pie (que no están metidos en el mundillo eurofan de información actualizada a diario) empiezan a escuchar por la tele algo de "unos" que se presentan con unas canciones a algo llamado Mira quién va a Eurovision. Y como no están muy informados, solo han visto algún pedazo de los vídeoclips en una entrevista en Corazón o un corte en Cazamariposas mientras hacían zapping, les empiezan a sonar nombres como Brequette, Ruth Lorenzo, Jorge, La Dama o Raúl y no saben muy bien quién es quién, a qué se presentan y en qué les va a cambiar la vida a ellos.
Y cuando la gente no sabe, pregunta. ¿Y a quién pregunta la gente si la palabra Eurovision aparece por el camino? Al eurofan más cercano. Servidora ha sido "el eurofan más cercano" desde hace un par de semanas para casi todo el que me conoce. Y para el que no, también. Nada, señora, si a mí no me cuesta trabajo hablar y hablar de algo que me gusta. Usted pregunte, que preguntando se llega a todas partes. ¿Que quiere saber por qué Brequette parece que no sabe hablar español? Yo la respondo. ¿Que le causa un intríngulis del demonio saber por qué Ruth Lorenzo canta la mitad de su canción en inglés siendo de Murcia (¡qué hermosa eres!)? Yo se lo cuento con el mayor de los gustos. ¿Que no se ha enterado que ya tenemos representante para Copenhagen 2014, aka. el Eurovision de los daneses, a 20 minutos de la sede del mayo pasado? Pues se lo digo ahora mismo. Que siempre es mejor saber que no saber, ya lo decía House.
Mira quién va a Eurovision nos dejó muchas cosas en las que pensar. Unas pocas para aborrecer y bastantes más de las que imaginábamos al principio para recordar. De las primeras, las de aborrecer, la siempre sobreactuada Anne Igartiburu, que tuvo un muy buen momento marcándose una intro a lo Melodifestivalen, a pesar del descarado playback. Pero el intento tuvo su mérito y por eso se lleva un aplauso por mi parte. Pero solo uno, porque luego sacó la presentadora de corazón que lleva dentro y no paró hasta provocar el llanto a todos los candidatos.
Me sorprendió muy gratamente lo animado que estaba el plató de San Cugat y el estupendo trato que se dio en todo momento a los eurofans. Quizás en un intento de derrocar ese halo de rareza que nos acompaña siempre. Chapeau por la organización de este año. Siempre es mejor copiarle las buenas ideas a los suecos que no hacer nada.
Pero volviendo a la música, que es lo que interesa, pasó lo que tenía que pasar. Las canciones de Jorge, La Dama y Raúl quedaron en segundo plano a la primera de cambio y dejaron paso a "los dos titanes". Mónica Naranjo bautizaba así a Brequette y Ruth Lorenzo. No hubo ninguna duda, de hecho todo el jurado votó igual. La guerra estaba servida entre estas dos voces desde hacía mucho tiempo. La fuerza de Brequette contra el impecable directo de Ruth Lorenzo. Y esto fue sin duda lo que decantó la balanza a favor de una de ellas.
Brequette salió a escena muerta de nervios y se notó. Muchos ya lo habíamos advertido: Brequette tiene una voz privilegiada y defendía EL TEMA, pero no tenía un directo adecuado a la ocasión. Los nervios se la comieron y el comienzo de la canción estuvo ligeramente desafinado. Quizás tenga algo que ver que llevaba los monitores colgando, no lo sé? Con el avance de la canción se fue recomponiendo, aunque nunca dejó de mirar el suelo y las caras que iba poniendo la pobre eran todo un poema. Aunque hay que reconocerle el mérito de venirse arriba y acabar regalando un final brutal que emocionó, con toda la razón del mundo, a público y jurado.
Pero quedaba por aparecer Ruth Lorenzo y su directo que nunca se va de sitio. Se comía con patatas al resto de candidatos. Una técnica impecable y una voz poderososísima la elevaban a las primeras plazas. Tras la votación del jurado, Brequette se ponía 6 puntos por delante de Ruth Lorenzo y muchos ya celebraban la victoria de la afro?canaria. Pero muchos advertíamos que no estaba todo decidido. Quedaban por mencionarse todos los fans de Ruth Lorenzo. Los que estamos un poco metidos en el tema sabíamos que iban a votar en masa por la murciana dispuestos a llevarla a Copenhagen a toda consta. Y eso fue lo que pasó. Tras el voto del público, Brequette y Ruth Lorenzo quedaban empatadas, pero el voto privilegiado era el del público y con este se decidía el resultado final. #RuthLorenzoAEurovision se hacía realidad pasadas las 00:00h y a los pocos minutos Dancing in the rain se ponía la primera en las casas de apuestas. Las apuestas de pago no suelen equivocarse demasiado. No lo han hecho, por lo menos, en los últimos 4-5 años. ¿Será este el año de España?
Lo sea o no, señora, da igual. Mejor si ganamos, claro, pero los eurofans ya hemos ganado.
Si algo me ha enseñado Eurovision o el Melodifestivalen es que compartirlo con gente que lo aprecia tanto como tú puede convertirlo en una experiencia tremendamente agradable. Las redes sociales logran que eurofans de Francia, Portugal, Grecia, Irlanda, Bélgica o Suecia puedan compartir sus impresiones al segundo. Es tremendamente divertido leer las opiniones de la gente, coincidan o no con la tuya. Te sientes parte de algo grande. Ves algo bueno y "recordable" en cada canción que pasa ante tus ojos. Pasas a formar parte de una gran familia.
¿Que qué pasa ahora? Aún faltan más de 70 días para la final del Eurovision 2014 y por el medio aún nos queda la final del todopoderoso Melodifestivalen y el Melodi Gran Prix de los noruegos por arrancar. ¡Nos queda mucha música!
Mi más sincera enhorabuena a Ruth Lorenzo. Mis felicitaciones a todos los que se han quedado por el camino, ahora ya sois parte de la gran familia eurofan. Aquí estamos para disfrutar. Qué contenta estoy de ser eurofan, disfrutar de la música y poder contárselo, señora. We are one!